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Lápida en Basílica de Santa Ursula en Colonia, Alemania
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viernes, 7 de septiembre de 2012

Cabo Vírgenes: extremo austral de la Patagonia

El 21 de octubre de 1520, tras doblar un cabo, Hernando de Magallanes encontró finalmente el paso hacia las especias del Maluco (islas Molucas) que intuía al sur del Nuevo Mundo. Era el día que la Iglesia Católica consagra a las Once Mil Vírgenes y dos piadosos bautismos se sumaron a la flamante cartografía de América. Con el tiempo, el cabo continuó llamándose Vírgenes.
 
 
El cabo Vírgenes, pertenece al Departamento Güer Aike de la Provincia de Santa Cruz en la República Argentina, hallándose a 134 km al sudeste de la ciudad de Río Gallegos, capital provincial. Este cabo es el punto más austral de la costa atlántica del área continental de América; a su vez, representa la frontera oriental del Estrecho de Magallanes, y el límite bioceánico entre los océanos Pacífico y Atlántico. También es el punto de arranque de la ruta argentina de mayor extensión, y la más importante respecto al turismo internacional: la Ruta 40. Dicha ruta recorre 5.224 km desde el Estrecho de Magallanes hasta Bolivia, atraviesa 20 parques nacionales, 18 importantes ríos, conecta 27 pasos cordilleranos, y trepa desde el nivel del mar hasta rozar los 5.000 msnm.
 
 
 
Historia:
Fernando de Magallanes llegó al cabo el 21 de octubre de 1520 descubriendo un estrecho, luego llamado estrecho de Magallanes. Como ese día 21 de octubre es la festividad de Santa Úrsula y las Once Mil Vírgenes, él nombró al cabo en su honor.

El faro de cabo Vírgenes es administrado por la Armada argentina y ha estado operando desde 1904. En 1876, se encontró oro mezclado en las arenas costeras.

En el cabo Vírgenes se encuentra un monumento que recuerda el sitio donde Pedro Sarmiento de Gamboa fundó la Ciudad del Nombre de Jesús, en 1584. Este poblado se localizaba en el único manantial de agua potable de la zona: al pie de una meseta del lado argentino de la frontera, al noroeste de la Reserva, cerca del límite con Chile.1

Existe también en el cabo un cementerio antiguo en el que descansan los restos de náufragos, se cree con una antigüedad superior a los 100 años.

 
 
Punta Vírgenes. Faro
 


La Ruta Nacional 40 nace en el punto más austral del territorrio continental Argentino, en el cabo Vírgenes.

Este accidente geográfico se encuentra a unos 9 km hacia el norte de la Punta Dungeness, que es el punto extremo del sur del continente Americano sobre la costa del océano Atlántico y marca la entrada norte del Estrecho de Magallanes.

El Cabo Vírgenes está ubicado en la provincia Patagónica de Santa Cruz, en el Departamento de Güer Aike, a los 52°20’S y 68°21’W.

Origen del nombre “Cabo Vírgenes”

El Estrecho de Magallanes fue descubierto por el marino portugués del que deriva su nombre el 21 de Octubre de 1520. Su cronista, el italiano Antonio Pigafetta anota en su diario de viaje que:

"atravesamos en el dia de las once mil virgenes un estrecho, el cabo del cual llamamos Cabo de las once mil virgenes" [Pigafetta, A., (1899). [ca. 1524]. Primer Viaje Alrededor del Mundo. Madrid. 1899. pp. 18.]

Es decir el cabo debe su nombre al santoral Católico: Santa Ursula mártir. Lo interesante es el tema de las “Once mil” virgenes. Según la leyenda, Ursula era una británica del periodo Romano que huyendo de las invasiones Sajonas llegó a Colonia, Alemania, donde el lider de los Hunos, Atila intentó someterla a ella y sus acompañantes. Ante su resistencia las martirizó.

El punto es que no fueron once mil, sino muchas menos, quizáz solo una:

"Es digno de atención que la santa Iglesia nunca haya fixado [sic] este número de las compañeras de santa Ursula. El martirologio romano dice: Ursulae et sociarum ejus […] Solo el martirologio de Wandelderto se extiende al numero de mil: millia mactavit […]
algunos martirologios antiguos donde se lee s. Ursul. Et. XI.M.V. Santa Ursula y once mártires y vírgenes. Pues siendo fácil haber dado á la M el valor de Mil, pudo leerse santa Ursula y once mil vírgenes…" [Villanueva, Joaquí y Jaime, (1804). Viage literario á las iglesias de España. Madrid: Imprenta Real}

Sin embargo, algunos piensan que no fueron once las compañeras de santa Ursula sino solo una, llamada Undecimila, nombre que deriva de undecim milla pero que algunos atribuyen a once mil.[3] De allí la confusión.

Con el correr de los años, el topónimo se redujo a una sola palabra, Vírgenes.

 
 Existe una Zona de Protección Especial en la zona de la Reserva Natural (Provincial) Cabo Vírgenes, que abarca el área desde la franja costera de tierra firme, hacia el este, por un sector circular de seis 6 millas náuticas de radio con centro en el faro de cabo Vírgenes, llegando hacia el sudoeste hasta el límite internacional con Chile.
 
 
Las once mil vírgenes escondiéndose tras Santa Ursula.
 
 


miércoles, 5 de septiembre de 2012

Santa Ursula, entre la historia y la leyenda

Este artículo está copiado de la siguiente página del blog Preguntas Santoral:
 Apoteosis de Santa Úrsula, obra de Vittore Carpaccio (1491).
Gallerie della Accademia, Venecia (Italia).
En lo que conocemos acerca de Santa Úrsula –también llamada Santa Ulla-, en su vida y martirio, se mezclan la historia y la leyenda. La primera passio de la que se tiene conocimiento fue escrita en el año 975, pero el mismo documento asegura que los hechos narrados “fuit tempore vetusto”, es decir, ya eran antiguos por aquel entonces. Esto podría confirmar las teorías que sitúan a esta mártir en torno al siglo IV de nuestra era, y no el VIII o el IX como tradicionalmente se ha venido creyendo.

Esta passio del año 975 –atribuida al monje Enrique de San Bertino- contiene una primera aproximación básica de lo que ha venido siendo la tradicional leyenda de la Santa: ella era la hermosa y piadosa hija de un rey bretón, que después de haber consagrado a Dios su virginidad, fue pedida en matrimonio por Etéreo (Aetherius) que era hijo de un rey pagano. Como una respuesta negativa por parte de Úrsula hubiese conducido a la guerra, ella, aconsejada por un ángel durante un sueño, pidió una tregua de tres años para tomar la decisión definitiva e hizo prometer a su futuro esposo que abrazaría la fe cristiana antes del matrimonio. Acabada la tregua, huyó por mar en once barcos acompañada de once mil compañeras, pero una gran tormenta las hizo adentrarse por el estuario del río Waal y llegaron hasta Colonia. Allí de nuevo se le apareció el ángel y le profetizó que serían todas martirizadas en aquel mismo lugar en el plazo de un año, y le aconsejó peregrinar a Roma. De modo que navegaron el Rhin hasta Basilea y desde allí, a pie, alcanzaron Roma. En el plazo establecido por el ángel regresaron por el mismo lugar a Colonia, recién conquistada por los hunos, que las mataron a todas. Úrsula, en concreto, fue atravesada por una flecha al no querer desposarse con el cabecilla de los hunos. Gracias al sacrificio de las doncellas por la fe y la pureza, Colonia fue liberada de los enemigos que huyeron poco después. Los habitantes de la ciudad recuperaron sus cuerpos y un hombre llamado Clemacio (Clematius), venido de Oriente, construyó una basílica en el mismo lugar del martirio.

Hasta aquí la información dada en la passio de 975. Pero en el siglo XI aparece una nueva passio que básicamente es la misma, aunque con algunos añadidos, y ésta llegó a hacerse más popular que la primera. En ella es donde aparece por vez primera un Papa de nombre Ciríaco, que habría sufrido martirio con Úrsula –la justificación de su no aparición en la lista de Papas venía por un dato en la leyenda, según el cual, al dejar voluntariamente la Sede por sufrir el martirio contrariamente a las opiniones de sus consejeros, no fue honrado ni recordado por sus sucesores-. Posteriormente la leyenda conoció mayor desarrollo con las revelaciones de la Beata Isabel de Schönau (De Exercitu Virginum Coloniensium) y con añadidos por parte de otros autores, principalmente germánicos.
Por tanto, aunque se puede concluir que la leyenda de Santa Úrsula y compañeras mártires no es más que eso, una leyenda, ésta tiene un primitivo núcleo de carácter histórico. Éste se prueba por una inscripción en el coro de la iglesia de Santa Úrsula en Colonia, que dice: “Clematius, senador venido del Oriente por inspiración divina, construyó con su propio dinero esta basílica, a fin de cumplir el voto realizado al enterarse de tamaño sacrificio”.



Vista de la Cámara Áurea, lugar donde se concentran la mayoría de las presuntas reliquias de la Santa y compañeras. Iglesia de Santa Úrsula, Colonia (Alemania).

Han existido diversas controversias sobre esta inscripción, sin embargo hoy día es admitida como auténtica y ha venido a fecharse entre los siglos IV-V, lo que probaría la antigüedad del martirio de un grupo numeroso de vírgenes en Colonia. Las excavaciones más recientes en esta iglesia han demostrado que fue construida sobre un cementerio romano. Cuando en el año 1106 fue ampliada la ciudad de Colonia, fue hallado junto a la iglesia un cementerio (Ager Ursulanum), cuyos restos humanos fueron considerados como pertenecientes a las mártires: aquí empezó el reparto de cráneos y huesos por toda Europa.


Martirio de Santa Úrsula y compañeras. Óleo de Filippo Vitale, colección privada.

Se acepta como cierto que la época en que fue martirizada Úrsula gira en torno al año 304, en tiempos de Diocleciano, y por lo que respecta al número de sus compañeras, la tradición antigua no dice nada explícitamente. A finales del siglo VIII es cuando se habla de once compañeras, y dos siglos más tarde, en la passio de 975, ya se habla de once mil compañeras. El por qué de semejante alteración –bárbaramente exagerada, por sentido común- lo podríamos ver en la mala lectura de la cifra escrita en números romanos (XI, undecim) que fue erróneamente leída como once mil (undecimilia) por haber alguien sobrepuesto a esta cifra la barra transversal que indicaría el millar.

Se sabe que Úrsula fue martirizada junto a algunas compañeras, pero en realidad no se conoce el número de éstas: ni once, ni mucho menos once mil. A partir del siglo IX, las compañeras, aun cuando no se precisaba el número definitivo, empiezan a ser dotadas de nombre: Britola, Marta, Ana, Saula, Sambacia, Saturnina, Gregoria, Pinosa, Paladia… ninguno de estos nombres es original ni auténtico, porque si no se conoce el número exacto de compañeras, mucho menos los nombres de éstas –y he aquí el por qué es enteramente ridículo disponer de una lista de nombres y pretender que sea auténtica-.

En el año 867 se asegura que junto a la iglesia original -destruida durante un incendio y sobre la cual el tal Clemacio edificó la basílica a las vírgenes- existía un monasterio también dedicado a ellas (Monasterium Beatarum Virginum), habitado por canónigos, que lo cedieron en el año 922 a las señoras nobles de la Fundación de Gerresheim, cuya primera iglesia fundada data del año 670. Santa Úrsula dio nombre pues a este monasterio ahora ocupado por mujeres de la nobleza, que mantuvo el nombre de Sanctarum Virginum. Entre los siglos XI-XII se hizo una reconstrucción románica de la misma y en las épocas gótica y barroca fue de nuevo restaurada y ampliada. En el siglo XIV pasó a ser una fundación laica femenina que duró hasta 1802. Actualmente, las primitivas construcciones están en ruina.

Respecto al culto de Santa Úrsula los primeros testimonios datan del siglo VIII –oficio litúrgico en honor de las vírgenes- y aparecen a finales del siglo IX en documentos, calendarios, letanías y misales. El tremendo desfase entre la probable época de martirio –siglo IV- y los inicios del culto –siglo VIII- actúa como margen de error en contra de la veracidad de la leyenda, del número de compañeras y de los nombres de éstas, por lo cual ninguno de estos tres aspectos deben tomarse al pie de la letra.

Desde Colonia, el culto se propagó por toda Europa, principalmente por España, Italia, Dinamarca y Polonia. Aquellos restos humanos sacados del Ager Ursulanum, que sin más fueron considerados como pertenecientes a las mártires, fueron trasladados y distribuidos ampliamente.

Sepulcro de la Santa en su iglesia de Colonia, Alemania.
Fotografía: Alexander Wissmann.

Santa Úrsula fue nombrada patrona de la ciudad de Colonia, de la juventud y de las universidades, principalmente las de Viena, Coimbra y París. Se la invoca en tiempos de guerra para conseguir una buena muerte (Litaniae Ursulanae pro felici morte), así como protectora contra el fuego. También se la invoca para conseguir un buen matrimonio, es protectora de los maestros, de los panaderos y de la Orden de las Ursulinas.

Entre los siglos XII-XV nacen las Orsolaschifflein, confraternidades de veneración  a la Santa, a las cuales pertenecieron obispos, abades y reyes. La fiesta en su honor se estableció el día 21 de octubre, primero en Colonia –donde sus reliquias eran sacadas en procesión- y después por toda Europa.


 Santa Úrsula, patrona de las Ursulinas. Lienzo anónimo austríaco.

Cabría hacer referencia a la Compañía de Santa Úrsula (Ordo Sanctae Ursulae, OSU) que fue fundada en el año 1535 en la ciudad italiana de Brescia por Santa Ángela de Mérici, a fin de educar a las jóvenes y que llevasen una vida de pureza y penitencia, pero sin ninguna actividad apostólica.

La tradición dice que la misma Santa Úrsula se había aparecido a Ángela en una visión rodeada de sus numerosas compañeras, inspirándole la fundación de la Compañía. Parece más bien, sin embargo, que fue la propia Ángela quien tomó a Úrsula como fuente de inspiración, ya que en su época esta mártir todavía era muy popular y se la consideraba líder y directora de mujeres, de modo que resultaba apropiada como patrona para una compañía que buscaba la formación espiritual de doncellas. La leyenda de Santa Úrsula, en aquellos tiempos ya muy desarrollada, ponía a Úrsula como directora espiritual y superiora de sus compañeras, a semejanza de un monacato femenino, y según el relato de la Leyenda Áurea las instruía en la fe y en la pureza. De ahí que este rol legendario de Santa Úrsula fuese el inspirador de su patronazgo para la nueva Compañía de Ángela de Mérici. Otras asociaciones ligadas a Santa Úrsula nacieron también con esta finalidad.

Esta Orden desapareció casi completamente en el siglo XVIII, sin embargo fue restaurada en el año 1866 en la misma ciudad de Brescia por orden de la condesa Girelli, con un nuevo nombre: Compañía de Santa Úrsula-Hijas de Santa Ángela. Lo mismo hizo en Siena la condesa Blanca Piccolomini. Actualmente esta Congregación no presenta una única unidad jurídica, pero sí lleva a cabo diversas obras de actividad apostólica, siempre encaminadas hacia la juventud femenina y siempre bajo la protección de Santa Úrsula (aunque paradójicamente, cuando rebuscas en las webs de las diferentes congregaciones de ursulinas, casi nunca encuentras la menor referencia a ella, quedando tan sólo la referencia a Ángela de Mérici, o a veces –y esto es verdad- ni siquiera está la mismísima fundadora).

Talla gótica de la Santa que ampara bajo su manto a sus compañeras de martirio.
Iglesia de Santa Ursula en Colonia, Alemania.

Por último, y para cerrar este ciclo de artículos, convendría hablar un poco de la iconografía de la Santa. Ésta es particularmente rica entre los siglos XIV y XVI, en el auge del culto a la Santa, donde hay numerosas obras que representan diversos momentos de su leyenda (sueño profético, peregrinación a Roma, martirio). Pero esta variedad pictórica decayó durante el Renacimiento y aún más en tiempos de la Reforma.

La iconografía fundamental de Santa Úrsula la representa como una joven princesa medieval –corona, manto de armiño- llevando una sola flecha o un haz de flechas en la mano, como atributo de martirio. Indistintamente puede aparecer clavada en su pecho o en su garganta (en el Barroco, el motivo de la flecha hundida en el seno de Úrsula dio lugar a exquisitas obras de arte que destacaban más por su sensualidad que por su religiosidad).

Otro atributo importante es el estandarte con la cruz, que simboliza su liderazgo sobre la expedición de carácter cristiano. Este estandarte lo lleva también Santa Odilia, una compañera, en su culto propio. El estandarte debe ser tenido en cuenta para diferenciar a Úrsula de otras mártires que llevan también flechas como atributo, como Cristina de Bolsena o la controvertida Filomena (pese a esto, pocos sitios webs, galerías de arte o museos tienen realmente en cuenta este detalle). Aquí, además de identificar y separar atributos iconográficos, hay que imponer el sentido común, pues el culto a Santa Filomena no llega hasta el siglo XIX y por tanto toda obra anterior al año de descubrimiento de su tumba -1802- no puede representarla a ella en absoluto.

Otro atributo destacado de Santa Úrsula es el barco, por lo que suele portar una miniatura o maqueta de una nave en representación de aquélla que les llevó por el Rhin. En pinturas es frecuente que el fondo represente un puerto donde está anclada la nave. De nuevo es importante llamar la atención respecto a la distinción de otras Santas que llevan una nave, principalmente por su patronazgo sobre los navegantes: Santa Fermina (patrona del puerto de Civitavecchia), Santa Limbania (puerto de Chipre), Santa Maria de Cervelló (fácilmente distinguible por su hábito de mercedaria), Santa Restituta de Túnez (isla de Ischia, una nave transportó sus restos), Santa Devota de Córcega (en Mónaco, por este mismo motivo), entre otras. Lo que permite distinguirlas de Úrsula es tener en cuenta básicamente la(s) flecha(s) y el estandarte.


Vista del relicario de la Santa venerado en la iglesia de San Juan del Hospital, Brujas (Bélgica), que aparece decorado con pinturas de Hans Memling con la leyenda de la Santa.

Un nuevo atributo lo supone el enorme manto bajo el cual cobija a sus numerosas compañeras, y a partir de la época de la aparición de las Ursulinas, a un lado están las vírgenes y a otro las Ursulinas. Esta iconografía es fácilmente confundible con la iconografía de la Virgen de la Misericordia, y de hecho en muchos sitios de Internet o museos y galerías de arte las confunden –a veces esto llega a ser grave por la escasa atención que se ha prestado al resto de atributos, ya que obviamente la Virgen de la Misericordia ni lleva palma de martirio, ni flechas en mano o clavadas, ni estandarte-.

Quitando el tema del estandarte, presente sólo en Úrsula y en Odilia –a la que se le adjunta, además, un incensiario-, el resto de compañeras tan sólo adoptan el atributo de las flechas, aunque la leyenda diga que fue sólo Úrsula la abatida por una flecha y el resto fueran muertas a espada; esto es por relacionarlas con la Santa principal.

 
 


lunes, 3 de septiembre de 2012

Las Islas Vírgenes y Santa Ursula

 
Las Islas Vírgenes Británicas celebran el Día de Santa Úrsula
Octubre 21
 
 
 
El Día de Santa Ursula es un día festivo en las Islas Vírgenes Británicas.

Las Islas Vírgenes Británicas son un pequeño grupo de islas ubicadas en el punto donde el Caribe oriental se fusiona en el Atlántico occidental. Parte de este grupo de islas, que fue originalmente colonizado por España y luego eventualmente se convirtió en una posesión danesa, fue vendido a los EE.UU. en 1917, debido a que el gobierno de EE.UU. temía que Dinamarca fuera invadida por Alemania (como en realidad ocurrió en 1940), lo que le daría a ese país una base naval a corta distancia de los EE.UU. La otra mitad de las Islas Vírgenes, que Gran Bretaña adquirió tras el Congreso de Viena en 1815, son hoy las Islas Vírgenes Británicas. Ellos son poiblemente, la única entidad política en el mundo en la cual la moneda de cualquier otro país es moneda de curso legal, pero el dólar de EE.UU. es la moneda básica que circula en el país.
 

El Día de Santa Ursula conmemora a la santa de la Iglesia Católica Romana en cuyo recuerdo Cristóbal Colón nombró el archipiélago completo cuando lo descubrió en 1493, en el curso de su segunda expedición. Colón les dio a las islas el nombre pintoresco de Santa Ursula y las Once Mil Vírgenes, el cual luego se acortó a Las Vírgenes. La imagen en su bandera se supone que representa a Santa Úrsula, la cual viste de blanco, lleva sandalias y sostiene una de las lámparas y las otras lámparas representan a las vírgenes. Las lámparas están rodeados por una guirnalda de dos ramas verdes. Úrsula es un nombre latino y significa “osita” o “pequeña osa”.
La "dama de la lámpara" aparece en la bandera de las Islas Vírgenes Británicas "y es también el logotipo de un partido político principal en las islas.


Historia del Día de Santa Ursula
 
No se conoce mucho sobre la historia de Santa Ursula y sus 11,000 vírgenes, solo lo que relataba Helentrude, una monja de Heerse, cerca de Paderborn en Alemania. De acuerdo a la leyenda, Ursula era una bella princesa de Bretaña, hija de un rey cristiano, Dionotus de Cornwall. Ursula había tomado el voto de castidad, pero contra sus deseos, ella fue prometida en matrimonio a Conan Meriadoc de Bretaña, quien era un príncipe pagano.
 
 
 

Ursula fue advertida por un ángel en un sueño, para que exigiera la conversión del príncipe al cristianismo y que en tres años juntara 11,000 para su futuro reino. Cuando ella era enviada a su futuro esposo, Ursula estaba acompañada por 11,000 doncellas vírgenes. Sin embargo, una milagrosa tormenta las trasladó por el mar en un solo día a un puerto de la Galia, donde Ursula declaró que antes de su matrimonio ella debía realizar un peregrinaje por Europa.

Ella guió al grupo hacia Roma, y convenció al Papa Ciriaco, y a Sulpicio, Obispo de Ravena, para que se unieran a ella y sus seguidores. A su regreso, resultó que Colonia, en Alemania, estaba siendo saqueada por los Hunos, quienes después que Ursula rechazara los cortejos del príncipe de los Hunos, decapitaron a todas las 11,001, supuestamente en el año 383 (aunque esta fecha varía de acuerdo a otros historiadores).
 


De acuerdo a la historia, una de las 11,000, de nombre Cordula, escapó de la muerte en ese día, al esconderse, pero luego de pensarlo, se entregó al día siguiente al suplicio y unirse así a sus compañeras en el martirio.


Tradiciones, costumbres y actividades en el Día de Santa Úrsula.
 

El cristianismo es la religión predominante en las Islas Vírgenes Británicas, con el 45 por ciento de la población Metodista, el 21 por ciento es Anglicana, el 18 por ciento bautistas o pentecostales, y los católicos romanos solamente conforman el 6 por ciento de la población.
 

Debido a que ese día no se trabaja y que las Islas Vírgenes están rodeadas por aguas claras del mar, sería difícil de creer que los isleños no aprovecharan a pasar el día lejos de las playa.

El Royal British Virgin Islands Yacht Club organiza anualmente la carrera del día de santa Ursula. También hay diferentes celebraciones religiosas organizadas en las 36 islas del territorio, en donde predominan los cristianos protestantes. Existen algunos movimientos políticos que quieren cambiar el día del recuerdo de la denominación del archipiélago por un día de fiesta para reconocer a los pescadores, marineros y constructores de barcos, en la valorización del patrimonio marino de las islas.



Las fiestas seculares y religiosas son ocasiones para la preparación de alimentos especiales, con sopa de pescado y albóndigas, los guisantes y el arroz, pescado salado, estofado de cordero, cabra al curry y prefieren el pescado local a la parrilla.

 
 

sábado, 1 de septiembre de 2012

Disertación Teológico-Canónica Sobre las Reliquias de los Santos



Este artículo está extraído de un libro escrito por un sacerdote en 1798 sobre las reliquias de los santos y condiciones necesarias para su veneración. Hay un capítulo donde se refiere a Santa Úrsula y en resumen determina que la Historia de las once mil Vírgenes, compañeras de Santa Ursula, o es apócrifa o muy incierta, y solo debemos creer que hubo Santa Ursula y sus compañeras Mártires; pero no que fueron once mil.

 
DISERTACION TEOLOGICO-CANONICA,
EN LA QUE SE TRATA DE LAS RELIQUIAS DE LOS
SANTOS Y DE LAS CONDICIONES NECESARIAS PARA QUE
PUEDAN EXPONERSE A LA PÚBLICA VENERACION.

 

SU AUTOR: EL DOCTOR DON FRANCISCO COUQUE,
CURA. PARROCO DE LA DE SAN GINES DE MADRID,
Y DE LAS DE SAN LUIS Y SAN JOSEM SUS ANEXOS.


PROLOGO A LOS LECTORES CON RELACION DEL HECHO.

 
no de los principales cargos de los ilustrísimos Señores Obispos, es el celar que en sus Diócesis no se enseñe ni practique en materias que interesan a la Religión, cosa que no sea muy conforme á lo que han determinado, y mandan los Concilios y Sagrados Cánones. A la pureza de ella toca el que no se publiquen falsos milagros, o los que no sean reconocidos y aprobados con su autoridad ordinaria: que no se expongan a la pública veneración reliquias a quienes no acompañen todas las condiciones que piden las Leyes Eclesiásticas; y por consiguiente, las que sean inciertas o dudosas, y de cuya identidad no  conste con una certeza, por lo menos moral, para evitar en los fieles todo peligro de superstición, alimentándoles con prácticas y devociones fundadas sobre la firme piedra de la verdad: esto es tan privativo de sus dignidades, que el Sagrado Concilio de Trento lo declaró así, encargándoles, que no permitan publicar nuevos milagros sin su aprobación, ni que se expongan a la pública veneración nuevas reliquias, sin haberlas examinado antes, no como quiera, sino consultando Teólogos, y otras personas prudentes y piadosas; y oídos, determinarán lo que les parezca más conforme a la verdad y a la piedad, veritati Et pietati: no dice el Santo Concilio pietati solamente, sino que esta piedad ha de ir acompañada de la verdad o fundada sobre ella. El tomar conocimiento de todo lo dicho, no se ha concedido a los Párrocos, sino á los Señores Obispos sus Prelados, de tal suerte, que aunque una reliquia venga aprobada por el Sumo Pontífice, y con Bulas Apostólicas, no pueden los curas exponerla a la pública veneración hasta que las presenten á su Prelado, y examine este, si las reliquias son las mismas que aprobó el Sumo Pontífice, y si aquellas Bulas son legítimas y carecen de todo vicio; y esto lo mandó el IV Concilio general Lateranense, de donde se tomó el capítulo último: de reliquiis Et Veneratione $anctorum. Aun el Código Teodosiano conoció ser privativo de sus dignidades el tomar conocimiento de las cosas pertenecientes a la Religión: Quoties der religione agitur, Episcopos convenit, agitare.
 

ARTICULO XXII

Propónese el último fundamento para, convencer, que el estar una Reliquia en la Iglesia, no prueba su identidad y certeza.

uestro breviario, por el que rezamos el Oficio Divino, está certísimamente aprobado por la Iglesia, por San Pio V, y últimamente por Clemente y Urbano VIII; y seguramente está más examinado, que muchas de las reliquias que se veneran; y sin embargo, alguna de sus Historias son ciertas; por lo menos la Iglesia no nos obliga a creerlas, ni parece merecerá censura alguna el que no crea algún punto de Historia que rezamos o leemos en el Oficio Divino. El Cardenal Vincencio María Ursino, Dominicano, Arzobispo de Benevento, que después fue Benedicto XII, en su Disertación intitulada.: De reliquiis Sacti Bartholomei Benevento vindicatis, niega que dichas reliquias hubiesen sido trasladadas de Benevento a Roma, sin embargo que el Breviario Romano lo diga, y que en Roma se venere y celebre con gran concurso de gentes por ocho días continuos en su Iglesia: y responde al argumento que con el Breviario se le podía hacer, diciendo: que sus lecciones en punto de Historia no son de infalible verdad, y que en diferentes tiempos, unas se han quitado, otras se han mudado o corregido: Neque enim Ecclesia (dice ) opsa, que illis utitur inconcusse infalibilisque veriratis judica, quecumque' in Breviario sunt inserta, cum multoties pro variis temporibus, varia ex ocassione ea mutaverit, correxeritque.

Y a la verdad, esto ha practicado algunas veces la Iglesia, enmendando y corrigiendo algunas historias del Breviario, de los Misales y del Martirologio Romano. Quiero valerme de un ejemplo por lo que tiene de instructivo: qué cosa más común, que el común de los fieles que celebrar a Santa Úrsula y las once mil Vírgenes sus compañeras, no solo la gente vulgar, sino también los de alguna instrucción tienen fundamento para creer esta Historia como cierta. Todos leen en los Almanaques a 21 de Octubre: Santa Úrsula y las once mil vírgenes; lo mismo leen en la Guía de Forasteros: y que algunos escritores de las vidas de los santos lo afirman. Uno y no de inferior nota en su Flos Sanctorum, dice “el mismo día de los  21 de Octubre celebra la Santa Madre Iglesia el martirio de Santa Úrsula y de las once mil Vírgenes sus compañeras:" y añade, " todas sus compañeras fueron Vírgenes y Mártires, y fueron once mil;" y lo mismo escriben otros, entre los que no se debe contar al Padre Crohisset, y alguno más de su crítica. Y aun los más instruidos han tenido motivos para tener esta dicha relación por cierta, si han sabido que en el Martirologio Romano se anunciaban en otro tiempo las once mil Vírgenes que padecieron el martirio con Santa Úrsula, y que se referían también en los antiguos Misales, o estaban puestas en ellos. Pero la Iglesia examinando esta historia, y advirtiendo que no había sólidos fundamentos para darla por cierta, mandó quitar de los Misales el número de las once mil Vírgenes, y reformar el Martirologio, de suerte que en el nuevo solo se nombra: Santa Úrsula y sus compañeras Vírgenes y Mártires.

Todo lo dicho lo refiere Antonio Pagio sobre Baronio (Pagio apud Baronio, anno 383, núm 5 y 6) con las siguientes palabras: Recte Martyrologium Romanum ad diem 21 OCtobris Ita prius legebat: in Colonia Agripinensi Natale Sanctarum undecim millium Virginum, quae pro virginitatis constantia, martyrio vitam consumaverunt: nunc habet: apud Coloniam Agripinam Natalis Sanctarum Ursulae, et sociarum ejus, quae pro christiane Religione et Virginitatis, constantia, ab hunnis iterfecae Martyrio vitam consumaverunt, et plurima earum corpora Coloniae condita fuerunt: añade Pagio: que en el reconocimiento del Breviario Romano, se omitió prudentemente el número de tanta multitud de Vírgenes: In recognitione etiam Brevarii Romani tantae Virginum multitudinis mentio prudenter omissa: de suerte, que hoy en día solo venera la Iglesia a Santa Úrsula y sus compañeras Mártires, y en efecto así lo enseña en Ia oración de la Misa de dichas Santas cuando dice: Danobis quaesumus Domine Deus noster Sanctarum Virginum et Martyrum tuarum Úrsula, et soviarum ejus palmas incessabili devotione venerari, etc; por lo que solo es cierto el martirio de la Santa y sus compañeras; pero incierto el número de estas: puede verse a Natal Alexandro (Natal Sec. 4, cap. Último art. 5).

Aunque sea entre paréntesis, permítaseme la siguiente breve digresión: si alguno me pregunta ¿de qué pudo originarse la Historia de las once mil Vírgenes? Respondo lo primero; que dieron motivo las Historias infundadas y fabulosas que se han escrito: alguna de ellas referiría con gusto, porque tuve un rato de diversión cuando la  leí ; tampoco son legítimas las Actas que refiere Surio de un Autor Anónimo el día 21 de Octubre, según escribe el expresado Pagio, ni algunas otras. En segundo lugar, los que dan a Santa Úrsula once mil Vírgenes por compañeras, tengo leído que han padecido el engaño, porque leyendo en algunos martirologios antiguos: S. Úrsula 11 M.V. en lugar de leer, Santa Úrsula y once Mártires Vírgenes, han leído Santa Úrsula y once mil Vírgenes, dando a la M que sigue al 11 el valor de mil, y siendo así, era preciso reducir a once Vírgenes solamente las once mil. El doctor Padre Diego Sirdmon, de la Extinguida Compañía, que fue Confesor de Luis XIll, y tuvo la gloria de tener por uno de sus discípulos a San Francisco de Sales, sospecha que en atención a que en algunos Martirologios manuscritos se leía: S. Úrsula, et Undecimilla V. M. Es decir: Santa Úrsula y Undecimilla Vírgenes y Mártires, se imaginaron que Undecimilla con la V y la M que se seguían, quería decir: Undecim milia Virginum, Martirum: once mil Vírgenes y Mártires; y a esta cuenta las once mil Vírgenes se deberían reducir a una sola llamada' Undecimilla. Puede verse a Juan Bautista Thiers (Thiers, de Supers. Tom. 2. Lib. 4. Cap. 7). Lo que tenemos de cierto es, según llevamos dicho, que hubo una Santa Úrsula, y sus compañeras Mártires; pero nada hay de cierto sobre el número de estas.

Volviendo a nuestro principal asunto, lo que hemos referido de la Historia de las once, mil Vírgenes de las que antiguamente hacía mención el Martirologio Romano, los Misales y Breviarios que después enmendó y corrigió la Iglesia, prueba evidentemente lo que escribió el expresado Cardenal Vincencio María Ursino, es a saber: que la Iglesia en diferentes ocasiones ha mudado y corregido los puntos historiales que se refieren en el Breviario, y por consiguiente no nos obliga la Iglesia á tenerlos a todos por ciertos. 

Los puntos historiales de que hablamos, son cuando se dice el lugar en que nació el Santo; si hizo tal y tal cosa; en dónde murió; dónde están sus reliquias y otras cosas semejantes. Para canonizar a los Santos no atiende la Iglesia a estas menudencias: estas quedan al examen y estudio de los eruditos, y no tienen más fe que la que merecen las fuentes, esto es los Historiadores de dónde se sacaron. Esta doctrina es corriente entre los Doctores, como el Cardenal Rocaberti, Inquisidor general que fue de España, el Cardenal Turrecremata y Melchor Cano y otros muchos, de suerte que no es argumento eficaz este: “Tal historia está en el Breviario Romano”; luego es cierta: como ni tampoco es eficaz este argumento: “Tal reliquia está en la Iglesia, luego es cierta." Porqué así la reliquia, como la Historia puede ser incierta o apócrifa. El Cardenal Rocaberti niega la caída de San Marcelino, cuya Historia niegan también otros muchos que la dan por apócrifa, entre ellos, el Natal Alexandro, sin embargo, de que está en el Breviario aprobado por la Iglesia, y de afirmarlo así el Sumo Pontífice Nicolao primero en la carta que escribió á Miguel, Emperador de los Griegos, probando que ninguno puede ser juzgado por otros que sean de inferior dignidad; porque á todos estos argumentos responden, entre otras cosas, que la Iglesia solo pide que a estos hechos demos aquella fe que merezcan las Historias, sin que se infiera el que no pueda sostenerse probabiliter lo contrario.

En la solemnidad de San Yanuario y compañeros Mártires, leemos la Homilía de San Hilario sobre el capítulo XXV de San Mateo, y en ella se nombra a Nicolao, uno de los siete Diáconos, como a Corifeo de los herejes Nicolaitas, y no obstante esto, Eusebio, San Ignacio Antioqueno, Clemente Alexandrino, San Agustín, Baronio, y otros lo niegan; y por esta duda, este solo de los siete Diáconos, no se puso en el Martirologio, en el Catálogo de los Santos, como lo refiere el Padre Comelio Alapide (Alapide in Ac. Cap.6. v. 5. Fol. Mihi 102). Lo mismo se dice de la lepra del Emperador Constantino, y de su Bautismo por San Silvestre, sin embargo que consta del Breviario Romano. Parece queda bastantemente probado hasta aquí, que aun dado que la capa de San José esté en la Iglesia de Roma, o en otra, por este solo capítulo, no se prueba que sea cierta, ni que estemos obligados a tenerla por tal ni admitirla para principiar a darla culto, aun suponiendo que en aquellas Iglesias se le dé, habiendo Historiadores y razones en contrario, todo conforme a lo que dejamos escrito latamente en el artículo XVI, fol 257, Ínterin no conste que está aprobada con arreglo a lo que mandan los Concilios y Sagrados Cánones.

 

viernes, 31 de agosto de 2012

Santa Ursula: Otro punto de vista

El siguiente artículo refleja un punto de vista muy diferente, a veces irónico, en torno a la devoción milenaria a Santa Ursula y se ha incluído para dar testimonio de la creciente incredulidad sobre la existencia de las santas.
Ha sido copiado del blog ...Sobre historias y leyendas: http://www.sobre-historias-y-leyendas.com/2010/01/de-las-once-mil-virgenes.html

Sobre historias y leyendas 27/01/2010
De las Once Mil vírgenes


Autor:Angel Molledo Caviedes

En la entrada nº 4, relativa al Camino de Santiago, cotilleábamos acerca de san Juan de Ortega, sacándole punta a su viaje por Palestina a cuenta de los suvenires que en forma de reliquias de santos y otros personajes celestiales de allí se trajo (la lengua de uno de los Santos Inocentes figuraba en la colección). Hoy queremos recordar que entre aquellos restos necrológicos también se encontraba la calavera de una de las Once Mil vírgenes que acompañaban a santa Úrsula, un hallazgo al que adjuntábamos una nota a pie de página que hoy queremos completar y sobre todo revisar.

(Arriba, Martirio de Santa Úrsula y las Once Mil Vírgenes, de Rubens. Izquierda, busto relicario de santa Aurelia de Estrasburgo, s.XVI, sita en la capilla del Salvador de la iglesia de Medinaceli, Soria; la de santa Aurelia era una de las cuatro cabezas de acompañantes de Úrsula que Carlos I de España regaló a su secretario, Francisco de los Cobos, en 1521... junto con la cédula de autenticidad de las reliquias. Derecha, relicario de santa Úrsula, s.XIV, en Castiglione, Florencia. Debajo, relicario de santa Úrsula, s.XVII, perteneciente al Real Monasterio de Sahagún, en León)


1 De las Once Mil vírgenes, entre otras

«A semejanza de otros muchos héroes, se consideraba milagroso el nacimiento de Atis; su madre Nana, una virgen, le concibió al poner una almendra o una granada en su regazo.
Tenemos por cierto que en la cosmografía frigia se representaba como un almendro al padre de todas las cosas, quizá a causa de ser sus delicadas flores sonrosadas uno de los primeros heraldos de la primavera, haciendo su aparición en las ramas todavía desnudas de hojas. Estas historias de madres vírgenes son reliquias de una época de ignorancia infantil en la que los humanos no habían reconocido aún como causa verdadera de la preñez la cópula intersexual» (James G. Frazer: La rama dorada).
Parece ser que la leyenda de las Once Mil Vírgenes, "que murieron por defender su castidad", nace de un error de lectura de un manuscrito que relataba el martirio de once muchachas en la ciudad de Colonia por las huestes de Atila en sus correrías por Europa hacia el año 450.
"La tal princesa tenía por curioso nombre Úrsula, que en latín significa Osita. Quizá la llamaba así su padre, pero así se quedó", decía yo en aquella nota en un toque de pánfila ignorancia que hoy me propongo enmendar, pues tal nombre oculta una enjundia que bien merece ser puesta de relieve.
Pero recordemos primero el origen del desmedido número de vírgenes y su circunstancia, un tema menor en este artículo por más que constituya su reclamo.

Es posible que, de acuerdo con una tradición, realmente hubiera un grupo de "vírgenes" formando parte del séquito de alguna princesa inglesa que se desplazara hasta la ciudad de Colonia, por cierto, sin familia ni escolta, para casarse con un rey o reyezuelo sajón llamado Conan. Existe en Internet un serio asequible y no muy extenso relato de los vericuetos históricos de la leyenda de santa Úrsula, disponible en el artículo de Albert Poncelet, Santa Úrsula y las Once Mil Vírgenes ( http://ec.aciprensa.com/s/sanursu.htm)
Según se detalla en el mismo, entre otras hipótesis, el error procede «de la abreviatura XI.M.V. (undecim martyres virgines), mal interpretada como undecim millia virginum»: es decir, mil en números romanos es 'M', pero también mártir o mártires, y "XI M V" pretendía decir "once mártires vírgenes" en abreviatura, pero por estar las letras demasiado juntas lo que acabó diciendo fue "XIM V". Total vírgenes.- once mil. Naturalmente, ya puestos y por el mismo precio, junto a Úrsula canonizaron no a otras once sino a otras once mil. Papeles para todas, como se dice hoy por aquí.
Como consecuencia, en los relicarios de medio mundo se guardan cráneos órganos y pelo como para concentrar Once Millones de vírgenes el día del Juicio Final.
(Otra de las hipótesis que se barajan es que de las once acompañantes (Sencia, Gregoria, Pinnosa, Martha, Saula, Brítula, Saturnina, Rabacia, Saturia, y Paladia) la última en ser nombrada se llamaba Undecimila ―que se añadía a la lista del anterior paréntesis, para cuadrar balance―, apelativo por el cual se dedujo el abultado y erróneo número total. Pero si romano quiere parecer tal apelativo, Undecimila, ya vimos en la anterior entrada que en Roma al niño que venía tras el número diez (o sea, tras Decimito) se le llamaba Numerio o Numeriano ("numeroso"); y eso dejando aparte que para cuando Atila las niñas aún continuaban careciendo de nombre propio. En fin, dejémoslo definitivamente).
Mil años después, en 1535, Ángela de Merici (en la imagen izquierda) fundó en su recuerdo la Comunidad de Hermanas Ursulinas, que fue la primera congregación religiosa femenina dedicada a educar niñas... porque, como dice un santoral, "lo que más le impresionaba a Ángela de Merici era que las niñas de los campos y pueblos que visitaba no sabían nada o casi nada de religión, por lo que organizó a sus amigas en una asociación dedicada a enseñar catecismo en cada barrio y en cada vereda". Por algo se empieza. Al fin y al cabo, también la universidad y la imprenta se crearon con el mismo fin.

«La condición de parthenos ("virgen") que corresponde a tres de las cinco diosas mayores (Atenea, Artemisa, Hestia), podría no designar tanto virginidad física como pertenencia a culturas prehelénicas que los invasores aqueos asimilaron parcialmente al desposarse con reinas y princesas locales. Parthenos significaría entonces "indómita" (admetis), formada en tradiciones de prostitución sacra y, por eso mismo, activa en vez de pasiva sexualmente, no ceñida a lo maternal-doméstico» (Antonio Escohotado: Rameras y esposas)


2 La Úrsula nórdica


«El himen no es más que una frágil telilla cubierta de gruesas ideas» (Ifigenio Amezúa, sexólogo)

Demos de lado la guasa, más que ironía, de la pregunta literaria de Jardiel Poncela (Pero hubo alguna vez once mil vírgenes?). Dejemos también para foros más selectos el polémico concepto de virginidad (una interesante e interesada manipulación o elaboración de virgen, traducción de 'virgo, virginis', originariamente y sin más, muchacha, púber; discretamente, con el tiempo virgo ha devenido en sinónimo de himen, "repliegue membranoso que cubre la vagina virginal", del griego 'hymen', membrana). Pero en este mundo nada existe porque sí, así pues la persistencia del runrún acerca de santa Úrsula, dejando aparte su anecdótica y multitudinaria comitiva, tiene que tener unos motivos hondamente legendarios o mitológicos más consistentes cuanto más nebulosos son los históricos.
Por parte de padre, es decir, en cuanto a su territorio de origen, la imagen de Úrsula fue asimilada con la de la diosa germana Freyja o Freya, protectora de las doncellas vírgenes a las que recibía en el ultramundo si fallecían sin haberse casado. Aunque sería más razonable decir que ocurrió a la inversa: la imagen de la extinta diosa Freya se incorporó en o a Úrsula.


(Freya según una estatua de bronce del s.XI procedente de la provincia sueca de Södermanland)

Según cuentan las Eddas (recopilaciones islandesas medievales que forman el corpus de la mitología nórdica), Freya es la diosa del amor la belleza y la fertilidad. En este aspecto, y en función de determinadas variantes regionales de su nombre, como Frigg o Frija (también Brigit en Irlanda), le fue dedicado el quinto día de la semana; el que los latinos llamamos Viernes en honor a Venus (una ocurrencia del relativamente cristiano emperador Constantino para nuestros paganos días de la semana) y los nórdicos llamamos Friday en honor a Freya.
Es por esto que la gente la invocaba para obtener satisfactorios coitos, asistencia en los partos y rendimiento en los campos. Igualmente era asociada con la guerra, la muerte, la magia, la profecía y la riqueza. En definitiva, era una diosa todo-terreno, es decir, había sido una ancestral diosa-madre pero con la crisis del matriarcado los nuevos patrones la habían rebajado el título y el sueldo, pero no el trabajo. Son las cosas que ocurren con las crisis en todas partes.
Dicen que Freya era también llamada Horsel o Ursel, aunque tal equivalencia podría muy bien ser una forma de nadar en aguas cristianas y guardar la ropa pagana. O viceversa.
La iconografía de Freya es bastante peculiar: como aquí vemos encima, la diosa se desplaza en un carro tirado por gatos, una representación que la vincula aún más con Artemisa, cuya diosa homóloga egipcia, aunque muy anterior a ella, era Bast o Bastet , imagen derecha, personificada como mujer con cabeza de gato o como gato de cuerpo entero (los antiguos egipcios se quejaban con razón de que los antiguos griegos se dedicaban a copiarles descaradamente; se ve que echaban de menos una sgae, una "oficina de registro de la propiedad intelectual" o cualquier engendro de este tipo... que de haber existido hubiera hecho imposible o al menos improbable la cultura occidental tal y como la conocemos); con este vehículo, aun a riesgo de ir arrastrando los pies en los aterrizajes, Freya parece reivindicar una línea de ascendencia directa con Egipto en paridad con Artemisa.


3 La Úrsula helénica


«Artemisa, hermana de Apolo, está armada con arco y flechas como él; posee el poder de producir pestes y la muerte súbita entre los mortales y también el de curarlos. Es la protectora de los niños pequeños y de todos los animales que maman, pero también le gusta la caza, especialmente la de venados» (Calímaco: Himno a Ártemis)

Por sus atribuciones, Freya es una deidad paralela a la griega Artemisa, la cual era el ascendiente mitológico de Úrsula por parte de madre. Quizá resulte sorprendente y forzada la conexión entre la santa británica y la diosa griega, pero hay que tener en cuenta que Artemisa apenas perdió su prestigio en el mundo romano en lo tocante a los embarazos y los partos, por más que fuera Juno quien ostentara la titularidad protectora en obstetricia y ginecología. Mucho más consistente que su homóloga romana, la decorativa volátil y prescindible Diana, Artemisa era todo un carácter, y fue tan respetada en el Olimpo como temida y venerada por los helenos de todos los tiempos, y si bien no podemos decir que Úrsula fuera la hermana nórdica de Artemisa, como lo era Freya, sí podemos afirmar que era su ahijada de acuerdo a una estrecha relación que luego veremos. Además, Artemisa y Úrsula comparten un detalle iconográfico muy característico: las flechas.

Parece que Úrsula murió de un flechazo propinado por el frustrado Atila. Y si bien es cierto que en cuestión de flechas, la diosa las lanza y la santa las recibe, resulta que en iconografía el medio es el mensaje, como decía Marshall McLuhan. De hecho, aparte de la flecha de Úrsula, el único atributo de Artemisa heredado por el cristianismo ha sido el arco, el cual figura sublimado en forma de luna en ciertas vírgenes renacentistas o barrocas, como las de Murillo, por ejemplo. Se recupera paradójicamente por esa vía el carácter primigenio lunar que tuvo Artemisa y su relación directa con el menstruo, carácter que había perdido con la imposición del patriarcado, el cual transformó… su luna en arco.

«Las aves con yelmo que aparecen en las monedas estinfalias son espátulas, primas de las grullas, que aparecen en tallas medievales inglesas chupando el aliento de enfermos. Son en realidad sirenas con patas de ave, personificaciones de la fiebre. Ártemis era la diosa que tenía el poder de infligir o curar la fiebre con sus "flechas misericordiosas"». (Robert Graves: Los mitos griegos)

El culto de Artemisa estuvo profundamente imbricado en la vida íntima de las mujeres griegas, teniendo una remota tradición los de carácter específico que recibía en determinados santuarios, tales como en el de Brauron, en el Ática, en el que tenía en la propia Acrópolis de Atenas (imagen inferior), en el de Táuride y, por supuesto, en Éfeso. En cada uno de ellos se celebraban ceremoniales diferentes, muy concretos, pero unidos sutilmente por un hilo de referencia que, en ocasiones, sólo a duras penas podemos rastrear. (Pilar González Serrano: Consideraciones iconográficas sobre la Ártemis efesia)

Pero su hogar matriz ateniense estuvo en el hoy yacimiento arqueológico de Brauron (imagen inferior y siguiente izquierda), en la actualidad Vraona, a unos 40 km al este de Atenas, en la costa este del cabo Sunion y aproximadamente en la misma latitud que el Pireo, aunque en su costa opuesta.

El lugar consiste en una pequeña colina de 40 m en cuya falda norte se encuentra el santuario, que estuvo a orillas del mar en la época clásica pero que los aluviones del inmediato río Erásino han alejado unos 500 m.
El santuario está integrado por un templo y un altar, y una fuente sagrada y un pórtico con habitaciones y almacenes de ofrendas; y en una cueva derruida, la tumba de Ifigenia junto a la casa de las sacerdotisas.
Pero igualmente nos contentaremos con mencionar que también a Ifigenia (prima de Helena de Troya, hija de Agamenón y hermana de Electra y de Orestes) estaba dedicado el santuario de Brauron, en el cual murió tras de ser la principal sacerdotisa de su deidad principal, la Artemisa Brauronia.
(Los dos últimos párrafos están extractados del nº 216 de Revista de Arqueología así como los siguientes, en los que he intentado esquematizar en lo posible la información publicada).

4 La Artemisa Brauronia


«Ártemis exige a sus compañeras la misma castidad perfecta que practica ella. Cuando Zeus sedujo a una de ellas, Calisto, hija de Licaón, Ártemis observó que estaba encinta. La transformó en una osa, llamó a la jauría y Calisto habría sido perseguida y destrozada por los perros si no la hubiera acogido en el Cielo Zeus, quien luego puso su imagen entre las estrellas» (Higinio: Astronomía poética)

En particular, la fuente sagrada ha proporcionado miles de exvotos, objetos tomados de la vida de la mujer ateniense, como espejos de bronce, anillos, gemas, escarabeos, estatuillas, muñecas, vasos, casi todos datados antes del -480, protegidos bajo el barro acumulado tras una inundación del Erásino que obligó al repentino abandono del asentamiento.
Entre las piezas más importantes halladas en este lugar destacan las pequeñas crateras y fragmentos que representan misterios y ritos llevados a cabo en este lugar. En algunas aparecen niñas desnudas corriendo, en tanto que otra muestra una procesión de jóvenes en vestido corto que se dirigen hacia el altar de Artemisa en el que hay un fuego sagrado.
También se han hallado ofrendas de terracota en forma de palomas, cerdos, pasteles… todas ellas realizadas por gente humilde que no podía costearse las ofrendas auténticas. Quizá el material más interesante lo constituyan las numerosas estatuas de niños y niñas dedicadas a Artemisa e Ifigenia ya que el culto en el santuario era doble: Artemisa era venerada como protectora del crecimiento y maduración de las niñas, mientras que a Ifigenia se le ofrecían sacrificios y exvotos para propiciar los partos futuros y agradecer los exitosos.
De modo que es lógico encontrar esta serie de ofrendas escultóricas, tanto de niños como de niñas (como las que muestran las tres siguientes imágenes colaterales halladas en Brauron, entre ellas dos ositas, o como las denominarían posteriormente los romanos, dos úrsulas; también son úrsulas brauronias las dos últimas imágenes infantiles que cierran esta entrada). Son un poco mayores que el natural y están esculpidas en mármol. (Rev. de Arqueología nº216, p.p. 15-23)

(Niño con manzana y paloma, s.-IV, Museo de Brauron. Como «Señora de las Cosas Salvajes», o patrona de todos los clanes totémicos, se ofrecía anualmente a Artemisa un holocausto de animales totémicos vivos, aves y plantas)


El culto de Ifigenia parece consistir únicamente en la ofrenda de exvotos. Por el contrario, los festejos en honor de Artemisa eran más complicados y se dividían en dos celebraciones consecutivas: la primera relacionada con su advocación de diosa cazadora y la segunda con la de protectora de la mujer. Y también como celosa defensora de la castidad; el mito de Calisto, que encabeza este punto, tiene por finalidad explicar las dos niñas vestidas como osas que aparecían en el festival ático en honor de Ártemis Brauronia, y la relación tradicional entre Artemisa y la constelación zodiacal de la Osa Mayor, según nos cuenta el maestro Graves.
En el primer aspecto Artemisa es asociada con el oso, o mejor dicho, con la osa; aparte, o además, de sus similitudes antropológicas (su frecuente bipedismo, por ejemplo) ejerce una especial vigilancia y una feroz protección sobre sus crías. En otros santuarios de Artemisa se han hallado abundantes exvotos en forma de osa .
Como la osa domada o cazada, símbolo de la maternidad, la niña necesitaba una guía en su paso del estado "salvaje" de la infancia a la "doma", que significaba su entrada en la sociedad.

Es normal que los festivales cuatrienales celebrados en Brauron, de una importancia capital en el sistema democrático ateniense, fueran conocidos como arkteia, término derivado de 'arktós', oso, y las chicas consagradas a Artemisa se denominaran "osas".
Durante las arkteia las niñas atenienses abandonaban el mundo de la infancia y entraban en la esfera previa a la maduración que las llevaba directamente al matrimonio, su función en la sociedad. La representación ceremonial incluía una cacería en la que las niñas de 7-8 años, desnudas como al nacer, perdían simbólicamente su salvajismo quedando preparadas para adaptarse a su nueva situación, en el umbral de la madurez sexual.
El ceremonial femenino de Brauron era paralelo a las ephebeia celebradas por los niños, fundamentales también en el desarrollo social de los jóvenes. Y se podría decir que el ritual acentúa la aparición de la diferenciación sexual más que de la madurez.
El rito se completa con una segunda ceremonia en la que las niñas de diez años se vestían por primera vez el krokotós, un vestido ritual corto que simbolizaba el paso definitivo a la maduración que culmina en la primera menstruación.
Realizadas cada cuatro años, las ceremonias eran participadas por muchachas entre los siete y los diez años, implicándose así todas las niñas de Atenas. Pero dicho así, puede dejarnos la impresión de que estos ceremoniales resultaban ser un gesto simbólico de integración social, una una especie de puesta de largo en el salón del casino. Nada más lejos de la realidad:
«El ceremonial de la arkteia consistía, principalmente, en un baile ritual, en el que las jóvenes danzarinas iban vestidas con túnicas de color azafrán (el color sagrado en el ámbito litúrgico de la antigüedad hasta que se generalizó el uso de la púrpura) [pero que se siguió preservando en las bodas romanas] y llevaban máscaras de osas, al igual que la sacerdotisa que con un falo artificial, olisbos, se encargaba de romper el himen de las iniciadas para facilitar, posteriormente, sus relaciones conyugales.

Es posible que este ritual de iniciación se realizase ya en tiempos prehelénicos y en el interior de algunas cuevas tenidas por sagradas. En algunas de las existentes en Creta, hasta se han creído apreciar toscas esculturas, talladas en las propias rocas subterráneas y cuyas siluetas recuerdan a las de unos osos. El culto a estos animales se remonta al Paleolítico Superior, momento en el que el hombre se enfrentó a ellos por el dominio de las cuevas, por lo que no es de extrañar que su mítico recuerdo aún permanezca vivo en muchas culturas.
Su ancestral e inconsciente pervivencia en la mentalidad colectiva se pone de manifiesto en el hecho de que, aún hoy, se sigan regalando a los niños y niñas pequeños osos de trapo o de peluche, con los que muchos de ellos comparten su cama, sus sueños y temores infantiles, hasta etapas avanzadas de su infancia, resistiéndose, incluso, a su inevitable destrucción, cuando el deterioro del uso así lo exige». (Pilar González Serrano: Consideraciones iconográficas sobre la Ártemis efesia)
«Ártemis fue la hermana gemela de Apolo, y ambos, hijos de Zeus y de Leto, quien los alumbró en la isla de Delos (la brillante), después de superadas numerosas dificultades, todas derivadas de la persecución implacable a la que la sometió la celosa Hera quien, además, no consentía en enviar a su hija Ilitia, la diosa de los partos, en su auxilio.
El doble alumbramiento se produjo, por fin, en la ladera meridional del monte Cintio, bajo una frondosa palmera datilera, a la que se abrazó Leto haciendo presión en el suelo con las rodillas, para facilitar el parto. La primera en nacer fue Ártemis, quien, recién nacida, ayudó a venir al mundo a su hermano»

«A los meteoritos se les rendían con frecuencia honores divinos, y lo mismo a pequeños objetos rituales de origen dudoso, que podían explicarse como habiendo caído igualmente del cielo, como las puntas de lanza neolíticas cuidadosamente trabajadas, identificadas con los rayos de Zeus por los griegos posteriores (como a las flechas de pedernal se las llama "proyectiles de los elfos" en el campo inglés), o con los almireces de bronce ocultos en la cofia que llevaba la imagen de la Ártemis efesia.
Las imágenes mismas, como la de Ártemis Brauronia y la de madera de olivo de Atenea en el Erecteón, también, según se decía, habían caído del cielo a través de un agujero en el techo. Es posible que la imagen de Braurón contuviera un antiguo cuchillo de obsidiana destinado a los sacrificios —la obsidiana era un vidrio volcánico de la isla de Melos— con el cual se cortaba el cuello a las víctimas» [… o se incidía en el himen de las iniciadas]. (Robert Graves: Los mitos griegos)

«El nombre del mineral leucófana es epónimo del epíteto de la Diosa Artemisa LEUCÓFANA / Leucofirena en Magnesia, Lidia.
El mineral tauriscita deriva del epíteto de la Diosa Artemisa TÁURICA / Diosa Brauronia / Artemisa Brauronia adorada en La Táuride como areolito caído del Cielo.
Los minerales auralita, auricalcita deben su nombre a las AURAS / Ninfas aéreas de la comitiva de la Diosa Artemisa»
(Francisca Martin-Cano Abreu: Epónimos femeninos de PIEDRAS.
http://www.facebook.com/pages/Francisca-Martin-Cano-Abreu/50559454191)

5 Dando la Nota al pie de página


«HE SIDO DEDICADA A LA DIOSA, QUE GOZA LANZANDO SUS FLECHAS LEJOS, POR NICANDRA HIJA DE DEINODICOS DE NAXOS, LA MEJOR DE ENTRE LAS MUJERES, HERMANA DE DEINOMENES, Y AHORA ESPOSA DE FRAXOS» (Inscripción grabada en el lado izquierdo de la llamada Ártemis de Delos (Museo Nacional de Atenas), figura de la izquierda, estatua de caliza de unos 75 cm de altura, erigida como exvoto por Nicandra, la naxiana, en honor a la Artemisa de la isla de Naxos)
En definitiva, espero haber purgado mi deficiente nota a pie de página en la entrada cuarta de este blog. La tal princesa tenía por piadoso nombre Úrsula, que en latín significa Osita. Pero no porque quizá la llamase así su padre, sino porque, como todas las ositas, con toda probabilidad respondía al cumplimiento de una promesa hecha a la Virgen de Brauronia llamada Artemisa o llamada Ifigenia ―o a la Virgen Freya llamada Ursel― durante un parto o un embarazo problemático, promesa refrendada con la garantía de un retrato escultórico u otro costoso exvoto depositado a los pies de su altar, helénico o nórdico.


Existiera Úrsula o no, la amplia extensión de su nombre, en épocas pasadas donde la elección del nombre era un asunto terriblemente serio, manifiesta la decidida voluntad subliminal de las gentes en conservar unas advocaciones que en el Norte y en el Sur les han proporcionado respuesta y consuelo desde la Era de las Cavernas.


¿QUÉ fiebres, qué cuartanas? Me destemplo,
me exalto y emociono en el paraje.
¡Viva lo franciscano y su linaje!
¿Qué nace aquí? El tipo y el ejemplo
de la dulzura convertida en templo.
¡Tú, que nos asustabas, por salvaje,
por selvatiquez! Amo este paisaje,
la madre dadivosa que contemplo.
¡Ay, amoroso engaño! ¡Besos, mimos
junto al mar! Los ex-votos son de arcilla.
son juguetes sin más, animalitos
donados por los niños. Bendecimos
tu nombre, si así llega a nuestra orilla
la mágica ternura de tus ritos.
(Aurelio Valls: ARTEMIS BRAURONIA (Templo clásico en Atica,
santuario amado de los niños, que le donaban juguetes y animalitos))
(Retorno a la poesía, Ed. Adonais)

Sed buenos, si podéis
……………….«. . . porque el pensar y el ser son una y la misma cosa» (Parménides)



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