Lapida

Lapida
Lápida en Basílica de Santa Ursula en Colonia, Alemania

jueves, 16 de agosto de 2012

Enciclopedia Católica. Santa Ursula y las Once Mil Vírgenes


La historia de estas célebres vírgenes de Colonia descansa en diez líneas, que además están sujetas a discusión. Esta leyenda, con sus incontables variantes y aumentados eventos fabulosos, podría llenar más de un centenar de páginas. Varias características de la misma ya han sido consideradas con sospecha por ciertos escritores medievales, y desde Baronius han sido universalmente rechazadas. Subsecuentemente, a pesar de esfuerzos realizados más ingeniosos que científicos para salvar cuando menos parte de ella, el carácter apócrifo de su totalidad ha sido reconocido en forma gradual. Resumiendo, para la sólida reconstrucción de la verdadera historia de las vírgenes mártires, solo existe la inscripción de Clematius y algunos detalles suministrados por antiguos libros litúrgicos. Desgraciadamente, estos últimos son muy escuetos, y la inscripción es en parte extremadamente oscura. Este documento, tallado en una roca que puede ser observada en el coro de la Iglesia de Santa Úrsula en Colonia, esta acuñada en los siguientes términos:

DIVINIS FLAMMEIS VISIONIB. FREQVENTER
ADMONIT. ET VIRTVTIS MAGNÆ MAI
IESTATIS MARTYRII CAELESTIVM VIRGIN
IMMINENTIVM EX PARTIB. ORIENTIS
EXSIBITVS PRO VOTO CLEMATIVS V. C. DE
PROPRIO IN LOCO SVO HANC BASILICA
VOTO QVOD DEBEBAT A FVNDAMENTIS
RESTITVIT SI QVIS AVTEM SVPER TANTAM
MAIIESTATEM HVIIVS BASILICÆ VBI SANC
TAE VIRGINES PRO NOMINE. XPI. SAN
GVINEM SVVM FVDERVNT CORPVS ALICVIIVS
DEPOSVERIT EXCEPTIS VIRCINIB.
SCIAT SE
SEMPITERNIS TARTARI IGNIB. PVNIENDVM

Su autenticidad, que es aceptada más allá de la sombra de la duda por los más eminentes epigrafistas ( de Rossi, Ritschl), en algunas ocasiones ha sido puesta en duda sin una razón justificada, y Domaszewski (C.I.L.,XIII, ii, 2, no. 1313) se equivoca al constar que la roca no fue tallada hasta el siglo quincuagésimo. La inscripción pertenece indisputadamente al siglo quinto cuando muy tarde, y muy probablemente al cuarto. La reciente hipótesis de Reise, la cual establece que las primeras ocho líneas, hasta la palabra RESTITVIT, pertenece al siglo cuarto, mientras que el resto fue añadido en el noveno, es más elegante que sólida. Con mayor razón aún debemos de rechazar como puramente arbitraria la de J.Ficker, que divide las primeras ocho líneas en dos partes, la primera de origen pagano anterior a la Era Cristiana, la segunda proveniente del siglo segundo. Pero a pesar de su autenticidad la inscripción está lejos de ser clara. Muchos intentos se han realizado para interpretarla, ninguno de ellos satisfactoriamente, pero al menos el siguiente contenido se puede obtener: Un tal Clematius, un hombre con rango senatorial, que al parecer vivió en el Oriente antes de ir a Colonia, fue guiado por frecuentes visiones para reconstruir en esta ciudad, en tierra de su propiedad, una basílica que había caído en ruinas, en honor de las vírgenes que sufrieron martirio en ese sitio.

Este breve texto es muy importante, porque testifica la existencia de una basílica previa, proveniente tal vez de comienzos del siglo cuarto, y si no del período pre-Constantiniano.

Por el culto auténtico y por lo tanto por la actual existencia de las vírgenes mártires, es una garantía de gran valor, pero se debe de agregar que la fecha exacta de la inscripción es desconocida, y la información que proporciona es muy vaga. La misma no indica el número de vírgenes, sus nombres, o el período de su martirio. Ni tampoco ningún otro documento proporciona detalles probables del último punto. Nuestra ignorancia en los primeros dos es atenuada en cierto grado por la mención de la fecha Octubre 21 en varios textos litúrgicos (martirologios, calendarios, letanías) de las vírgenes de Colonia, ahora cinco, ahora ocho, ahora once, por ejemplo: Úrsula, Sencia, Gregoria, Pinnosa, Martha, Saula, Brítula, Saturnina, Rabacia, Saturia, y Paladia. Sin duda alguna ninguno de estos documentos es anterior al siglo noveno, pero son independientes de la leyenda, que para entonces ya había empezado a circular, y su evidencia no debe de ser pasada por alto completamente. Es de notar que en solo uno de estos se enlista a Úrsula en primer lugar.

Posterior a la inscripción de Clematius hay un hueco de casi quinientos años en nuestros documentos, ya que no se encuentra trazas de las mártires hasta el siglo noveno. El texto escrito más antiguo, "Sermo in natali sanctarum Coloniensium virginum", que aparenta ser de este período, sirve para probar que en Colonia no había una tradición específica relacionada con las mártires vírgenes. De acuerdo a esto, eran tantas como miles en números, y sufrieron persecución durante el reinado de Dioclesiano y Maximiano. Los nombres de unas cuantas de ellas son conocidos, y de estos el escritor da solo uno, el de Pinnosa, que entonces era considerada la más importante del grupo. Algunas personas, probablemente de acuerdo con una interpretación, ciertamente cuestionable, de la inscripción de Clematius, las consideraban provenientes del Este, y las conectaban con los mártires de la Legión Tebana; otros las consideraban nativas de la Gran Bretaña, y esta es la opinión compartida por los autores del " Sermo ". Aparentemente algún tiempo después del " Sermo" encontramos el martirologio de Wandalberto de Prum, compilado alrededor de 850 que menciona a varias miles de vírgenes. Por otra parte Usuard, en su martirologio fechado alrededor de 875, menciona solamente " Martha y Saula con muchas otras" . Pero desde una época tan temprana como el final del siglo noveno o comienzos del décimo, la frase " las once mil vírgenes" es admitida sin disputa. Como fue que se llegó a este número? Todo tipo de explicaciones se han ofrecido, algunas más ingeniosas que otras. La principal y más aceptadas suposiciones es que provienen de varios errores de lectura o de interpretación, e.g., " Úrsula y sus once mil acompañantes" proviene de los dos nombres Úrsula y Undecimillia (Sirmond), o de Úrsula y Ximillia (Leibniz), o de la abreviatura XI.M.V. ( undecim martyres virgines), mal interpretada como undecim millia virginum, etc. También se ha conjeturado, y esto es menos arbitrario, que es la combinación de las once virgenes mencionadas en los antiguos libros litúrgicos con la figura de varios miles (millia) dada por Wandalberto. Como quiera que sea, este número es desde entonces aceptado, así como el origen Británico de las santas, mientras que Úrsula sustituye a Pinnosa tomando el puesto principal entre las vírgenes de Colonia.

Las experiencias de Úrsula y sus once mil acompañantes se volvieron el tema de un piadoso romancero que adquirió considerable celebridad. Además de las subsecuentes revisiones de esta historia existen dos antiguas versiones, ambas originarias de Colonia. Una de estas (Fuit tempore pervetusto) proviene dela segunda mitad del siglo noveno (969-76), y fue raramente copiado durante la Edad Media. El otro ( Regnante Domino), también compilado en el siglo noveno, gozó de amplia circulación, pero agrega poca cosa de importancia al primero. El autor del último, probablemente para ganar más aceptación a su relato, reclama haberlo recibido de alguien que en turno lo escuchó de los labios de San Dunstan de Canterbury, sin embargo los serios anacronismos que el comete en su relato lo colocan bajo la duda. Este relato legendario es bien conocido: Úrsula, hija de un rey Cristiano de la Gran Bretaña, fue pedida en matrimonio por el hijo de un gran rey pagano. Deseando conservarse virgen, obtuvo una demora de tres años. A su solicitud se le dieron diez mujeres jóvenes de noble cuna, y ella y cada una de las diez fueron acompañadas por mil vírgenes, y todo este grupo, embarcó en once barcos navegando por tres años. Cuando el plazo se venció, y el prometido de Úrsula estaba a punto de reclamarla, una ráfaga de viento llevó a las once mil lejos de las costas de Inglaterra, llegando primero por el agua a Colonia y de ahí a Basilea, y después por tierra de Basilea a Roma. Finalmente retornaron a Colonia, donde fueron asesinadas por los Hunos por su odio a la Fe.

El origen literario de este romancero no es fácil de determinar. Aparte de la inscripción de Clematius, transcrita en la Pasión "Fuit tempore" y parafraseada en la Pasión "Regnanate Domino" y en el " Sermo in natali ", los escritores aparentemente tenían conocimiento de una leyenda Gálica de la cual una versión tardía es encontrada en Geoffrey de Monmouth: El usurpador Maximus ( como Geoffrey se refiere al Emperador Maximiano), habiendo conquistado la Armórica Británica, envió ahí desde la Gran Bretaña 100,000 colonos y 30,000 soldados, y habiendo entregado el gobierno de Armórica a su antiguo enemigo, ahora su amigo, el príncipe Bretón, Conanus Meriadocus. Este último decidió traer mujeres desde Gran Bretaña para casarlas con sus súbditos, para cuyo fin apeló a Dionotus, Rey de Cornwall, para que le enviara su hija Úrsula, acompañada de 11,000 vírgenes nobles y otras 60,000 mujeres jóvenes. Cuando la flota que las transportaba hacia Armórica, una violenta tormenta destruyó algunas de las embarcaciones y acarreó el resto de ellas a las islas bárbaras en Germania, donde las vírgenes fueron asesinadas por los Hunos y los Pictos. Las improbabilidades, inconsistencias, y anacronismos del relato de Geoffrey son evidentes, y han tenido que ser tratados frecuentemente en detalle: más aún la historia de Úrsula y sus acompañantes está arropada con un carácter menos idealizado que en las Pasiones de Colonia. Sin embargo, este relato ha sido considerado por varios escritores desde Baronius como poseedor de un resumen de la verdadera historia de las santas mártires. Al igual que las Pasiones de Colonia, ha sido sometida al proceso del método anti-científico, consistente en dejar fuera como falsas las improbabilidades, imposibilidades, y fábulas manifiestas, y considerar el resto como historia auténtica. Como consecuencia de esto dos temas esenciales se conservan: el origen Británico de las santas y su masacre por los Hunos; y entonces, de acuerdo a la adhesión dada en el " Sermo in natali ", Geoffrey de Monmouth, o la Pasión "Regnante Domino" , el martirio de Santa Úrsula es colocado en los siglos tercero, cuarto, o quinto. Para poder responder a todos los detalles, dos masacres de vírgenes en Colonia han sido aceptadas, una en el siglo tercero, la otra en el quinto. Las diferentes soluciones con sus variantes sugeridas por los estudiosos, algunas veces con ligereza, otras con profundo estudio, todas comparten el importante defecto de estar basados en documentos relativamente tardíos, desautorizados y desfigurados por fábulas manifiestas. Ninguna conclusión se puede obtener de estos textos. Aún así, las fábulas que contienen son insignificantes en comparación con aquellas que fueron inventadas y propagadas posteriormente. Como actualmente son rechazadas sin vacilación por todos, es suficiente mencionarlas brevemente. En el siglo décimo-segundo fueron descubiertos en el Ager Ursulanus en Colonia, distantes de la Iglesia de Santa Úrsula, esqueletos no solamente de mujeres, pero también de niños pequeños, e incluso de hombres, y con ellos inscripciones que son imposibles de no reconocer como burdas falsificaciones. Todo esto dio origen a una cantidad de fantásticas leyendas, que están contenidas en los relatos de la visión de Santa Elizabeth de Schonau, y de un religioso que ha sido considerado como idéntico al Beato Hermann Joseph de Steinfeld. Debe notarse de paso que las visiones han jugado un rol importante en la cuestión de las Once Mil Vírgenes, como se puede observar en aquellas de Clematius y de la monja Helintrude contenidas en la Ager Ursulanus, resultando en proporcionar los nombres de gran cantidad de los acompañantes masculinos y femeninos de Úrsula, en particular--y lo que sigue puede dar idea del resto-- que un Papa Ciriaco, un nativo de la Gran Bretaña, que se dice que recibió a las vírgenes durante su peregrinaje a Roma, abdicó a su trono papal para poder seguirlas, y ser martirizado con ellas en Colonia. Sin duda es tempranamente reconocido que este Papa Ciriaco es desconocido en los registros pontificios, pero esto, se dice que debido a que los cardenales, disgustados con su abdicación, borraron su nombre de todos los libros. A pesar de que la historia de estas santas de Colonia es oscura y muy corta, su culto está muy diseminado, y tomaría un volumen relatar en detalle sus abundantes y notables manifestaciones. Para mencionar solo dos características, desde el siglo décimo-segundo una gran cantidad de reliquias han sido enviadas desde Colonia, no solamente a los países vecinos pero también a través de toda la Cristiandad Occidental, e incluso a la India y China. La leyenda de las Once Mil Vírgenes ha sido fuente de inspiración de numerosas obras de arte, muchas de ellas del más alto mérito artístico, las más famosas siendo las pinturas de los viejos maestros de Colonia, aquellas de Memling en Brujas, y las de Carpaccio en Venecia.

La Orden de las Ursulina, fundada en 1535 por Santa Ángela de Merici, especialmente dedicada a la educación de las jovencitas, ha también asistido en llevar a través del mundo el nombre y devoción de Santa Úrsula.

Para la inscripción de Clematius, frecuentemente publicada y comentada véase KRAUS, Die Christliche Inshriften der Rheinlande, I (1890), 143-47. Los relatos Latinos de las Once Mil Vírgenes, con mención de todas las ediciones, han sido catalogadas por los Bolandistas en le Biblioteca Hagiográfica Latina, no. 8426-51. Véase también KROMBACH, S. Ursula vindicata (Cologne, 1847), una gran compilación no crítica; RETTBERG, Kirchengeschichte Deutschlands, I (1846), III, 23; SCHADE, Die Sage von der heiligen Ursula (Hanover, 1854), un ensayo en que la exégesis es desgraciadamente mitológica; DE BUCK in Acta SS., Oct. III, 73-303; FRIEDRICH, Kirchengeshichte Deutschlands, I (1867), 141-66; KLINKENBERG in Jahrb=81cher des Vereins von Alterthumsfreunden im Rheinland, LXXXVIII (1889), 79- 95; LXXXIX (1890), 105-34; XCIII (1892), 130-79; D=9ANTZER, ibidem (1890), 150-63; DELPY, Die Legende von der heiligen Ursula in der K=94lner Malerschule (Cologne, 1901); TOUT, Leyenda de Santa Úrsula en Ensayos Históricos, por miembros del Owens College, Manchester (London, 1902), 17-56; MAIN, L'inscription de Clematius in M=82langes Paul Fabre (Paris, 1902), 51-64; HAUCK, Kirchengeschichte Deutschlands, I (1887), 24-25 (3rd-4th ed., 1904), 25; REISE, Die Inschrift des Clematius in Bonner Jahrb=81cher, CXVIII (1909), 236-45; ZILLIKEN, ibid., CXIX (1910) 108-09; cf. Analecta bollandiana, X, 476; XVI, 97-99; XXII, 109-11; XXIII, 351-55; XXX, 339; 362-63.

ALBERT PONCELET
Transcrito por Robert B. Olson
Traducido por Edmundo B Durell.
Ofrecido a Dios Todopoderoso por su generosidad y bondades recibidas.


Novena a Santa Ursula, Virgen y Mártir



Buenas Noches Reina.

(Canto a la Virgen Santísima en el novenario a Santa Úrsula)

Buenas noches Reina, reluciente estrella,

Pues eres la madre de amparo doncella.


Tú eres la madre que bajó del cielo,

A darnos su imagen y nuestro consuelo


Quitándole el manto, quitándole el velo,

Quedará patente la Reina del Cielo.


Patente te quieren tus hijos piadosos,

Rindiéndote gracias todos tus devotos.


Eres pastorcita, eres nuestro encanto,

Pues nos tienes madre bajo de tu manto.


Alabe tu nombre a la gran señora,

A la amparadora Virgen protectora.


Alabemos todos en su ascensión,

A la Virgen pura con el corazón.


Alabemos todos, todos sin cesar,
A la Virgen pura que está en el altar.




Del Cielo Bajaste.

Al cielo subiste Úrsula divina,

A darnos tu gloria y tu compañía.


21 de octubre, con gran devoción,

Todos te clamamos con el corazón.


Saliste del mar a postrarte en tierra,

Para libertarnos de sangrienta guerra.


Y todos contritos en aquí este día

Llegan a verte en tu santo día.


Por tu gran poder, eres protectora,

De toda epidemia líbranos señora.


Estas alabanzas a Úrsula ofrecemos,

La gloria pedimos que de Dios gocemos.


Adiós Ursulita y templo divino

Que no peligremos en nuestro camino.


Y todos contritos digamos amén,

A Úrsula divina y a Jesús también.



NOVENA A SANTA ÚRSULA


Oración para todos los días.



Señor mío Jesucristo, que con tu dolorosa pasión y muerte redimiste al género humano y con tu ejemplo iluminaste al mundo, dignaos, te pedimos, nos deis la gracia necesaria para hacer con fruto la novena en honor de tu sierva Santa Úrsula.

Y vos, oh! Bienaventurada doncella! Alcánzanos del Señor la gracia que te pedimos y dignáos acoger nuestras súplicas. Por Jesucristo, Señor nuestro, Amen.



DÍA PRIMERO

Origen y nacimiento y virtud de Santa Úrsula.

Nació Úrsula hacia el año de 362 en la Inglaterra donde reinaba entonces con fervor y esplendor la religión cristiana. Fue hija de Dionot, rey de Cornuaille, y de Daria, en nada inferior a su marido en su nobleza de la sangre, ni en el ejercicio de la virtud. Conociendo que la cristiana educción de su hija era una de las mas escenciales obligaciones, se dedicaron a desempeñarla. En ninguna niña se descubría entendimiento mas brillante ni natural ni mas feliz. Tenia un corazón noble y generoso, un espíritu vivo y dócil. Una inclinación propensa a la virtud, con una hermosura tan peregrina, que a la edad de doce años era ya celebrada Úrsula por una de las mas hermosas princesas de Europa. A todas estas brillantes cualidades añadía un nuevo lustre su sobresaliente virtud. Descubrió con su entendimiento tan claro, la vanidad de todos los bienes criados y de las grandezas del mundo. Este fondo de religión con que el cielo la había prevenido, perfeccionaba cada día las luces de su razón. Desestimando ella su rara hermosura tan celebrada de todos, considerándola como una flor caduca que luego se marchita desde que principia a lucir.



Oración

Glosiosísima Santa Úrsula, que habiendo nacida hija de reyes y no obstante las alabanzas que recibías por tu belleza y posesión, fuiste siempre humilde y virtuosa, te rogamos nos alcances del Señor la virtud de la humildad. Por los méritos de nuestro Señor Jesucristo, Amén.



Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.



Día segundo

Comprendió Úrsula que el más bello ornamento de una doncella cristiana debía ser la modestia, y así despreció generosamente las lisonjeras esperanza y los más alagueños atractivos de la corte, los más delicados inciensos del general aplauso. Luego que conoció a Jesucristo, deseó con ardor no tener otro esposo. Y como El Señor la tenia destinada para una de sus más queridas esposas, quiso también añadir la gloria del martirio. Era General de las tropas del Emperador Graciano en la Gran Bretaña, el tirano Máximo que se había proclamado emperador en el año 382, pasó a la mar, desembarcó con todas sus tropas de Armorica, provincia de las Galias y se apoderó de toda ella Conan, uno de sus oficiales generales, príncipe Bretón y Cristiano de profesión. Se señaló tanto en aquella expedición por su valor y conducta, que Máximo lo hizo gobernador de Armorica, llamada después la Bretaña Menor, confiriéndole después el título de Duque.



Oración.

Bienaventurada Virgen, digna amada de Jesucristo, que despreciando los goces del mundo, os consagraste toda al Señor, inflamad en nuestro pecho el amor hacia Dios, para que muriendo y viviendo en su santo servicio, podamos gozarle algún día en el cielo, en tu compañía. Amén.



Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.



Día Tercero

Estableció Conan su residencia en la ciudad de Nantes y dejo en el país una gran parte de las tropas, compuesta de bretones, y como no estaba casado, determinó buscar mujer. Llegando a su noticia las bellas prendas de virtud y hermosura de que Úrsula estaba dotada, envió una diputación al rey su padre, pidiéndole a su princesa Úrsula para su esposa. Casi todos los señores que le seguían, oficiales y soldados, estaban solteros, por lo que encargó a los diputados que trajesen  con la princesa a todas las doncellas que pudieran, para casarlos con ellas. El rey los recibió con honor y como conocía el mérito del Duque, acogió con gusto la proposición y prometió darle por esposa a la Princesa su hija. Oyó esta con disgusto esta proposición, más no dio respuesta a ella, amábala tiernamente el Rey su padre, y conociendo lo ventajoso que era ese matrimonio, determinó valerse de su autoridad para obligarla. Aunque le presento Úrsula lo mucho que le repugnaba aquel estado y que no quería más esposo que Jesucristo, fueron inútiles sus esfuerzos, sus razones y lágrimas. En fin, dio su consentimiento por la sumisión que profesaba a sus padres, reservándose la libertad de apelar a las órdenes de Dios.



Oración

En nuestras tribulaciones recurrimos a vos, oh Virgen bendita!, y así como supiste obedecer humildemente la voluntad de vuestro padre que os mandaba cumplir una orden en contra de vuestros deseos, alcánzanos la gracia de la obediencia, para conformarnos siempre con la voluntad del Señor. Amén.



Padre nuestro, Ave maría y gloria al padre.



Día Cuarto

Animada Úrsula con una viva confianza en la bondad del Divino Salvador, se arrojó a sus pies, y le hizo esta fervorosa suplica: Bien sabéis vos, divino dueño mío, los más íntimos afectos de mi pobre corazón; jamás le han tentado las grandezas del mundo ni le han deslumbrado aparentes brillanteces. Vos sólo sois el dulce objeto de mis amorosas ansias, dueño sóis de todos los sucesos de la vida: fácilmente podéis desbaratar las ideas de los hombres por concertadas que sean. No desechéis, Señor mis humildes súplicas. Dignáos tomar bajo vuestra protección a la menor de vuestras siervas, dirigidlo todo a mi salvación y a vuestra gloria según vuestra divina voluntad.



Oración

Yo te saludo, oh Virgen venturosa, que fuiste adornada con especiales virtudes, vos que en aras de tu virginidad ofreciste al Señor el sacrificio de tu preciosa existencia, te rogamos nos concedas la virtud de la castidad. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.



Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.



Día Quinto.

Los preparativos para el embarco de la princesa se iban acelerando y ya había un gran numero de doncellas nobles para acompañar a Úrsula, que estaban destinadas para esposas de los oficiales bretones. Cuando todo estuvo prevenido para el embarco, pasaron a Londres Úrsula y sus compañeras. Poseía Úrsula todas aquellas prendas que embelesan, era muy discreta, hablaba con gracia y con una modestia que encantaba, con lo que se hizo tan dueña de aquellas doncellas, que ya todos sus deseos se reducían a no querer amar a otro que a Jesucristo. Púsose en fin el viento favorable para hacer en breve tiempo, el tránsito de Inglaterra a la Bretaña Menor y se embarcó toda aquella numerosa comitiva de santas vírgenes.



Oración.

Santa virgen bendita,amada predilecta del Señor, vos la más discreta y modesta de todas las vírgenes, compañeras vuestras, hacednos la gracia, que a ejemplo vuestro, obtengamos las virtudes de la modestia y la discreción. Por nuestro Señor Jesucristo, Amén.



Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.



Día Sexto

Apenas perdieron de vista las costas de Inglaterra, cuando se levanto una furiosa tormenta que llenó de terror a toda la escuadra, amenazándola con un funesto naufragio. Entonces decía Úrsula a sus compañeras: Ánimo hijas mías, nada temáis, servimos a un Dios y tenemos un esposo que manda a los vientos y los mares. Sacrifiquémosle nuestras vidas y dejemos los horrores de la muerte a los que tienen la desgracia de no conocerlo. Pero nosotras tengamos confianza en su gran misericordia. Sosegó a todas sus compañeras y a toda su tripulación la intrépida seguridad de nuestra santa. Toda la escuadra fué arrojada en el puerto de Tiel, en el ducado de Gueldres, y siguiendo después la corriente del Rin, navegó hasta Colonia, teatro del glorioso triunfo que el cielo les tenía preparado.



Oración.

A vos gloriosísima santa, que infundiste esperanza en los corazones atribulados, cuando la tempestad azotaba la débil navecilla que os conducía con vuestras compañeras, os rogamos os déis la fe, para triunfar en las tempestades de este mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor, Amén.



Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.



Día séptimo.

Noticióse el Emperador Graciano del levantamiento de Maximo, llamó a su socorro a los Hunos, nación bárbara, de la antigua Sarmacia, eran naturalmente crueles y paganos, que desolaban todos los países donde ponían el pie. Mandaba a estos bárbaros el General Gauno, por orden del Emperador Graciano, contra el tirano Maximo y luego se descubrieron navíos bretones, enemigos del emperador, los atacaron y se apoderaron de ellos facilmente por el corto número de soldados que los venían escoltando. Quedáronse sorprendidos al ver que aquella flota sólo venia cargada de doncellas cristianas destinadas para esposas de los oficiales y soldados bretones, sus enemigos, y que la principal de todas era una princesa, futura esposa del Duque Conan, generalísimo del ejército de Máximo. Entonces Úrsula conoció que Dios había oído benignamente las súplicas, y animada de un valeroso espíritu y fervoroso celo, pasó a bordo de todas las naves y habló a sus compañeras como una cristiana heróica.



Oración

Gloriosa virgen, que conociendo que el fin deseado por vos y conocedora de que pronto os unirías al amado esposo, aumenta en nuestro pecho la luz de la fé, concédenos que en nuestras almas aumente día a día esa santa virtud. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.



Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.



Día Octavo.

Exaltó Úrsula, la perla preciosa de la virginidad, que por cuya conservación se debían perder los bienes y la vida, exhortándolas con tanta gracia a derramar por la fe hasta la ultima gota de sangre, que todas aquellas doncellas solamente deseaban la corona del martirio. Quiso el general del ejército ver a Úrsula y quedó ciegamente prendado de su peregrina hermosura, que se valió de todos los medios posibles para rendirla y vencerla, pero la santa le habló con tanta resolución y majestad, que mudada en furor la brutal pasión de aquellos bárbaros, se arrojaron espada en mano, a todas aquellas vírgenes, a unas atravesaron con el acero, a otras, con dardos y a todas las degollaron, pasando a aumentar la corte del Cordero celestial con la duplicada palma del martirio y virginidad.



Oración.

Virgen fuerte y potente, que supiste resistir a las amenazas y ofertas del tirano y preferiste la muerte antes de faltar a la fe de tu divino Esposo, os rogamos nos concedas la virtud de la fortaleza para resistir a las tentaciones del enemigo de nuestra salvación. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.



Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.



Día Noveno.

Sucedió este glorioso triunfo el día 21 de octubre del año 383 y desde entonces celebra la iglesia la fiesta de Santa Úrsula y sus compañeras vírgenes y mártires. Fueron sepultados sus cuerpos en el territorio de Colonia, de donde se esparcieron después sus reliquias por toda la Cristiandad.



Oración.

Oh gloriosa Virgen Santa Úrsula, por tu virtuosa vida, y tu gloriosa muerte, os rogamos seáis nuestra intercesora ante el trono de Dios, le presentéis a El nuestros ruego, le comuniquéis nuestros sufrimientos y nos alcancéis lo que a bien convenga a nuestras almas en esta vida, y la gloria de los cielos en la otra, en la gloria de Dios Padre, Dios Hijo, y Espíritu Santo, Amén.


Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.

FIN DE LA NOVENA



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