Que se pueda comparar a la nuestra.
Once mil vírgenes
Se atreven a bailar,
Y hasta Santa Úrsula ríe por ello."
Parte del texto del lied del cuarto movimiento de esta popular composición de Gustav Malher, de la cual se han grabado más de 180 versiones desde su primera presentación.
Gustav Mahler (Kaliště, Bohemia, actualmente República Checa, 7 de julio de 1860 - Viena, 18 de mayo de 1911) fue un compositor y director de orquesta bohemio-austriaco. Sus composiciones están consideradas entre las más importantes del postromanticismo.
La Sinfonía n.º 4 de Gustav Mahler es una de sus más cortas sinfonías. Fue compuesta de julio de 1899 a agosto de 1900. Su duración es de aproximadamente cincuenta minutos.
Su composición llevó bastante tiempo: el cuarto movimiento (música) “Das himmlische Leben” (la Vida Celestial) se retoma del quinto lied del Des Knaben Wunderhorn escrito en 1892. Este movimiento debía formar parte, en un principio, de la tercera sinfonía (siendo este un séptimo movimiento que luego fue suprimido). Mahler decidió, entonces, hacer de este el final de su cuarta sinfonía y concibió los tres primeros movimientos en función del que ya tenía. Su composición comenzó durante las vacaciones del verano de 1899, tomadas tras dos años de trabajo continuo como director de la ópera de Viena, lo que le había impedido componer hasta entonces. Reemprendió la composición en el verano de 1900, concluyendo la partitura en tres semanas.
En las variaciones del andante de la “Cuarta Sinfonía”, Mahler encuentra una melodía que pone en movimiento la sonrisa de Santa Ursula: mientras la escribía, se le aparecía la cara de su madre tal como la recordaba de niño, con profundas marcas de dolor; “ella, que había sufrido sin fin, había decidido perdonarlo todo por amor”.
El texto del lied, cantado por una voz de soprano, enuncia los placeres gastronómicos del cielo. La orquesta termina por borrarse después de haber reanudado los temas campesinos del primer movimiento. Quizás el significado de la sinfonía sea el de que 50 minutos de sinfonía de los mortales no son nada al lado de dos minutos de sinfonía de los ángeles, por lo cual, la tonalidad principal de la sinfonía es de sol mayor, a excepción de la coda del final que está en mi mayor (la tonalidad del Paraíso para Mahler). Asimismo explica por qué casi toda la sinfonía es alegre y desenfadada mientras que la coda es tranquila y serena.
Vienna Philharmonic Orchestra (Wiener Philharmoniker)
conducida por Leonard Bernstein
canta la soprano Edith Mathis
TRADUCCION AL ESPAÑOL DE LA LETRA
CANTADA EN ALEMAN.
(De "El cuerno mágico del niño")
Disfrutamos los placeres del celestiales
Y por lo tanto evitamos los terrenales.
Ningún tumulto terrenal
Se escucha en el Cielo
Todo vive en dulce paz
Vivimos una vida angelical
y estamos totalmente felices por ello
Bailamos y saltamos,
Brincamos y cantamos.
San Pedro desde el cielo observa.
Juan deja al corderillo afuera
El carnicero Herodes observa.
Llevamos paciente
Inocente, paciente,
Al Cordero a la muerte.
San Lucas mata al buey
Sin pensar ni dolor.
El vino no cuesta ni una moneda.
En las bodegas del Cielo;
Los ángeles hornean el pan.
Finas hierbas de toda clase,
Crecen en la huerta del Cielo,
Buenos espárragos, legumbres,
Y todo lo que queramos.
¡Platos llenos están listos para nosotros!
Ricas manzanas, ricas peras y ricas uvas,
Y los jardineros que todo permiten
¿Quieres venado? ¿Quieres liebre?
Vienen corriendo calle abajo.
Si viene un día de ayuno,
Los peces vienen nadando alegremente
Ahí va San Pedro corriendo
Con su red y su cebo
En la celebración celestial
Santa Marta debe ser la cocinera.
No hay música en la Tierra
Que se pueda comparar a la nuestra.
Once mil vírgenes
Se atreven a bailar,
Y hasta Santa Úrsula ríe por ello.
No hay música en la Tierra
Que se pueda comparar a la nuestra.
Cecilia y sus parientes
Son excelentes músicos de Corte.
Las voces angelicales nos cantan
Y alientan a nuestros sentidos
A despertar a la alegría.
Manuscrito de la partitura de la Sinfonía No. 4 de Gustav Malher
Otra versión del lied cantada por la soprano Elly Ameling