(Canto a la Virgen Santísima en el
novenario a Santa Úrsula)
Buenas noches Reina, reluciente estrella,
Pues eres la madre de amparo doncella.
Tú eres la madre que bajó del cielo,
A darnos su imagen y nuestro consuelo
Quitándole el manto, quitándole el velo,
Quedará patente la Reina del Cielo.
Patente te quieren tus hijos piadosos,
Rindiéndote gracias todos tus devotos.
Eres pastorcita, eres nuestro encanto,
Pues nos tienes madre bajo de tu manto.
Alabe tu nombre a la gran señora,
A la amparadora Virgen protectora.
Alabemos todos en su ascensión,
A la Virgen pura con el corazón.
Alabemos
todos, todos sin cesar,
A la
Virgen pura que está en el altar.
Al cielo subiste Úrsula divina,
A darnos tu gloria y tu compañía.
21 de octubre, con gran devoción,
Todos te clamamos con el corazón.
Saliste del mar a postrarte en tierra,
Para libertarnos de sangrienta guerra.
Y todos contritos en aquí este día
Llegan a verte en tu santo día.
Por tu gran poder, eres protectora,
De toda epidemia líbranos señora.
Estas alabanzas a Úrsula ofrecemos,
La gloria pedimos que de Dios gocemos.
Adiós Ursulita y templo divino
Que no peligremos en nuestro camino.
Y todos contritos digamos amén,
A Úrsula divina y a Jesús también.
NOVENA A SANTA ÚRSULA
Oración para todos los días.
Señor mío Jesucristo, que con tu dolorosa
pasión y muerte redimiste al género humano y con tu ejemplo iluminaste al
mundo, dignaos, te pedimos, nos deis la gracia necesaria para hacer con fruto
la novena en honor de tu sierva Santa Úrsula.
Y vos, oh! Bienaventurada doncella! Alcánzanos
del Señor la gracia que te pedimos y dignáos acoger nuestras súplicas. Por
Jesucristo, Señor nuestro, Amen.
DÍA PRIMERO
Origen y nacimiento y virtud de Santa Úrsula.
Nació Úrsula hacia el año de 362 en la
Inglaterra donde reinaba entonces con fervor y esplendor la religión cristiana.
Fue hija de Dionot, rey de Cornuaille, y de Daria, en nada inferior a su
marido en su nobleza de la sangre, ni en el ejercicio de la virtud. Conociendo
que la cristiana educción de su hija era una de las mas escenciales
obligaciones, se dedicaron a desempeñarla. En ninguna niña se descubría
entendimiento mas brillante ni natural ni mas feliz. Tenia un corazón noble y
generoso, un espíritu vivo y dócil. Una inclinación propensa a la virtud, con
una hermosura tan peregrina, que a la edad de doce años era ya celebrada Úrsula
por una de las mas hermosas princesas de Europa. A todas estas brillantes
cualidades añadía un nuevo lustre su sobresaliente virtud. Descubrió con su
entendimiento tan claro, la vanidad de todos los bienes criados y de las
grandezas del mundo. Este fondo de religión con que el cielo la había
prevenido, perfeccionaba cada día las luces de su razón. Desestimando ella su
rara hermosura tan celebrada de todos, considerándola como una flor caduca que
luego se marchita desde que principia a lucir.
Oración
Glosiosísima Santa Úrsula, que habiendo
nacida hija de reyes y no obstante las alabanzas que recibías por tu belleza y
posesión, fuiste siempre humilde y virtuosa, te rogamos nos alcances del Señor
la virtud de la humildad. Por los méritos de nuestro Señor Jesucristo, Amén.
Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.
Comprendió Úrsula que el más bello
ornamento de una doncella cristiana debía ser la modestia, y así despreció
generosamente las lisonjeras esperanza y los más alagueños atractivos de la
corte, los más delicados inciensos del general aplauso. Luego que conoció a
Jesucristo, deseó con ardor no tener otro esposo. Y como El Señor la tenia
destinada para una de sus más queridas esposas, quiso también añadir la gloria
del martirio. Era General de las tropas del Emperador Graciano en la Gran
Bretaña, el tirano Máximo que se había proclamado emperador en el año 382, pasó
a la mar, desembarcó con todas sus tropas de Armorica, provincia de las Galias
y se apoderó de toda ella Conan, uno de sus oficiales generales, príncipe Bretón
y Cristiano de profesión. Se señaló tanto en aquella expedición por su valor y
conducta, que Máximo lo hizo gobernador de Armorica, llamada después la Bretaña
Menor, confiriéndole después el título de Duque.
Oración.
Bienaventurada Virgen, digna amada de
Jesucristo, que despreciando los goces del mundo, os consagraste toda al Señor,
inflamad en nuestro pecho el amor hacia Dios, para que muriendo y viviendo en
su santo servicio, podamos gozarle algún día en el cielo, en tu compañía. Amén.
Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.
Estableció Conan su residencia en la ciudad
de Nantes y dejo en el país una gran parte de las tropas, compuesta de
bretones, y como no estaba casado, determinó buscar mujer. Llegando a su
noticia las bellas prendas de virtud y hermosura de que Úrsula estaba dotada,
envió una diputación al rey su padre, pidiéndole a su princesa Úrsula para su
esposa. Casi todos los señores que le seguían, oficiales y soldados, estaban
solteros, por lo que encargó a los diputados que trajesen con la princesa a todas las doncellas que
pudieran, para casarlos con ellas. El rey los recibió con honor y como conocía
el mérito del Duque, acogió con gusto la proposición y prometió darle por
esposa a la Princesa su hija. Oyó esta con disgusto esta proposición, más no
dio respuesta a ella, amábala tiernamente el Rey su padre, y conociendo lo ventajoso
que era ese matrimonio, determinó valerse de su autoridad para obligarla.
Aunque le presento Úrsula lo mucho que le repugnaba aquel estado y que no quería
más esposo que Jesucristo, fueron inútiles sus esfuerzos, sus razones y lágrimas.
En fin, dio su consentimiento por la sumisión que profesaba a sus padres,
reservándose la libertad de apelar a las órdenes de Dios.
Oración
En nuestras tribulaciones recurrimos a vos,
oh Virgen bendita!, y así como supiste obedecer humildemente la voluntad de
vuestro padre que os mandaba cumplir una orden en contra de vuestros deseos,
alcánzanos la gracia de la obediencia, para conformarnos siempre con la
voluntad del Señor. Amén.
Padre nuestro, Ave maría y gloria al padre.
Día Cuarto
Animada Úrsula con una viva confianza en la
bondad del Divino Salvador, se arrojó a sus pies, y le hizo esta fervorosa
suplica: Bien sabéis vos, divino dueño mío, los más íntimos afectos de mi pobre
corazón; jamás le han tentado las grandezas del mundo ni le han deslumbrado
aparentes brillanteces. Vos sólo sois el dulce objeto de mis amorosas ansias,
dueño sóis de todos los sucesos de la vida: fácilmente podéis desbaratar las
ideas de los hombres por concertadas que sean. No desechéis, Señor mis humildes
súplicas. Dignáos tomar bajo vuestra protección a la menor de vuestras siervas,
dirigidlo todo a mi salvación y a vuestra gloria según vuestra divina voluntad.
Oración
Yo te saludo, oh Virgen venturosa, que
fuiste adornada con especiales virtudes, vos que en aras de tu virginidad
ofreciste al Señor el sacrificio de tu preciosa existencia, te rogamos nos concedas
la virtud de la castidad. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.
Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.
Día Quinto.
Oración.
Santa virgen bendita,amada predilecta del
Señor, vos la más discreta y modesta de todas las vírgenes, compañeras
vuestras, hacednos la gracia, que a ejemplo vuestro, obtengamos las virtudes de
la modestia y la discreción. Por nuestro Señor Jesucristo, Amén.
Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.
Día Sexto
Apenas perdieron de vista las costas de Inglaterra,
cuando se levanto una furiosa tormenta que llenó de terror a toda la escuadra,
amenazándola con un funesto naufragio. Entonces decía Úrsula a sus compañeras: Ánimo
hijas mías, nada temáis, servimos a un Dios y tenemos un esposo que manda a los
vientos y los mares. Sacrifiquémosle nuestras vidas y dejemos los horrores de
la muerte a los que tienen la desgracia de no conocerlo. Pero nosotras tengamos
confianza en su gran misericordia. Sosegó a todas sus compañeras y a toda su
tripulación la intrépida seguridad de nuestra santa. Toda la escuadra fué
arrojada en el puerto de Tiel, en el ducado de Gueldres, y siguiendo después la
corriente del Rin, navegó hasta Colonia, teatro del glorioso triunfo que el
cielo les tenía preparado.
Oración.
A vos gloriosísima santa, que infundiste
esperanza en los corazones atribulados, cuando la tempestad azotaba la débil
navecilla que os conducía con vuestras compañeras, os rogamos os déis la fe,
para triunfar en las tempestades de este mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor,
Amén.
Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.
Día séptimo.
Oración
Gloriosa virgen, que conociendo que el fin
deseado por vos y conocedora de que pronto os unirías al amado esposo, aumenta
en nuestro pecho la luz de la fé, concédenos que en nuestras almas aumente día
a día esa santa virtud. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.
Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.
Día Octavo.
Exaltó Úrsula, la perla preciosa de la
virginidad, que por cuya conservación se debían perder los bienes y la vida,
exhortándolas con tanta gracia a derramar por la fe hasta la ultima gota de
sangre, que todas aquellas doncellas solamente deseaban la corona del martirio.
Quiso el general del ejército ver a Úrsula y quedó ciegamente prendado de su
peregrina hermosura, que se valió de todos los medios posibles para rendirla y
vencerla, pero la santa le habló con tanta resolución y majestad, que mudada en
furor la brutal pasión de aquellos bárbaros, se arrojaron espada en mano, a
todas aquellas vírgenes, a unas atravesaron con el acero, a otras, con dardos y
a todas las degollaron, pasando a aumentar la corte del Cordero celestial con
la duplicada palma del martirio y virginidad.
Oración.
Virgen fuerte y potente, que supiste
resistir a las amenazas y ofertas del tirano y preferiste la muerte antes de
faltar a la fe de tu divino Esposo, os rogamos nos concedas la virtud de la
fortaleza para resistir a las tentaciones del enemigo de nuestra salvación. Por
Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.
Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.
Día Noveno.
Sucedió este glorioso triunfo el día 21 de
octubre del año 383 y desde entonces celebra la iglesia la fiesta de Santa Úrsula
y sus compañeras vírgenes y mártires. Fueron sepultados sus cuerpos en el
territorio de Colonia, de donde se esparcieron después sus reliquias por toda
la Cristiandad.
Oración.
Oh gloriosa Virgen Santa Úrsula, por tu
virtuosa vida, y tu gloriosa muerte, os rogamos seáis nuestra intercesora ante
el trono de Dios, le presentéis a El nuestros ruego, le comuniquéis nuestros
sufrimientos y nos alcancéis lo que a bien convenga a nuestras almas en esta
vida, y la gloria de los cielos en la otra, en la gloria de Dios Padre, Dios
Hijo, y Espíritu Santo, Amén.
Padre nuestro, ave maría y gloria al padre.
FIN DE LA NOVENA