Este
artículo está extraído de un libro escrito por un sacerdote en 1798 sobre las
reliquias de los santos y condiciones necesarias para su veneración. Hay un
capítulo donde se refiere a Santa Úrsula y en resumen determina que la Historia
de las once mil Vírgenes, compañeras de Santa Ursula, o es apócrifa o muy
incierta, y solo debemos creer que hubo Santa Ursula y sus compañeras Mártires;
pero no que fueron once mil.
DISERTACION TEOLOGICO-CANONICA,
EN LA QUE SE TRATA DE LAS RELIQUIAS DE LOS
SANTOS Y DE LAS CONDICIONES NECESARIAS PARA QUE
PUEDAN
EXPONERSE A LA PÚBLICA VENERACION.
SU AUTOR: EL DOCTOR DON FRANCISCO COUQUE,
CURA. PARROCO
DE LA DE SAN GINES DE MADRID,
Y DE LAS DE SAN
LUIS Y SAN JOSEM SUS ANEXOS.
PROLOGO A
LOS LECTORES CON RELACION DEL HECHO.
ARTICULO
XXII
Propónese
el último fundamento para, convencer, que el estar una Reliquia en la Iglesia, no
prueba su identidad y certeza.
uestro
breviario, por el que rezamos el Oficio Divino, está certísimamente aprobado
por la Iglesia, por San Pio V, y últimamente por Clemente y Urbano VIII; y
seguramente está más examinado, que muchas de las reliquias que se veneran; y
sin embargo, alguna de sus Historias son ciertas; por lo menos la Iglesia no nos
obliga a creerlas, ni parece merecerá censura alguna el que no crea algún punto
de Historia que rezamos o leemos en el Oficio Divino. El Cardenal Vincencio María
Ursino, Dominicano, Arzobispo de Benevento, que después fue Benedicto XII, en
su Disertación intitulada.: De reliquiis Sacti Bartholomei Benevento vindicatis,
niega que dichas reliquias hubiesen sido trasladadas de Benevento a Roma, sin embargo
que el Breviario Romano lo diga, y que en Roma se venere y celebre con gran concurso
de gentes por ocho días continuos en su Iglesia: y responde al argumento que
con el Breviario se le podía hacer, diciendo: que sus lecciones en punto de
Historia no son de infalible verdad, y que en diferentes tiempos, unas se han
quitado, otras se han mudado o corregido: Neque enim Ecclesia (dice ) opsa, que
illis utitur inconcusse infalibilisque veriratis judica, quecumque' in Breviario
sunt inserta, cum multoties pro variis temporibus, varia ex ocassione ea mutaverit,
correxeritque.
Y a la
verdad, esto ha practicado algunas veces la Iglesia, enmendando y corrigiendo algunas
historias del Breviario, de los Misales y del Martirologio Romano. Quiero
valerme de un ejemplo por lo que tiene de instructivo: qué cosa más común, que
el común de los fieles que celebrar a Santa Úrsula y las once mil Vírgenes sus compañeras,
no solo la gente vulgar, sino también los de alguna instrucción tienen fundamento
para creer esta Historia como cierta. Todos leen en los Almanaques a 21 de
Octubre: Santa Úrsula y las once mil vírgenes; lo mismo leen en la Guía de
Forasteros: y que algunos escritores de las vidas de los santos lo afirman. Uno
y no de inferior nota en su Flos Sanctorum, dice “el mismo día de los 21 de Octubre celebra la Santa Madre Iglesia
el martirio de Santa Úrsula y de las once mil Vírgenes sus compañeras:" y
añade, " todas sus compañeras fueron Vírgenes y Mártires, y fueron once
mil;" y lo mismo escriben otros, entre los que no se debe contar al Padre
Crohisset, y alguno más de su crítica. Y aun los más instruidos han tenido
motivos para tener esta dicha relación por cierta, si han sabido que en el
Martirologio Romano se anunciaban en otro tiempo las once mil Vírgenes que
padecieron el martirio con Santa Úrsula, y que se referían también en los antiguos
Misales, o estaban puestas en ellos. Pero la Iglesia examinando esta historia,
y advirtiendo que no había sólidos fundamentos para darla por cierta, mandó
quitar de los Misales el número de las once mil Vírgenes, y reformar el
Martirologio, de suerte que en el nuevo solo se nombra: Santa Úrsula y sus compañeras
Vírgenes y Mártires.
Todo lo
dicho lo refiere Antonio Pagio sobre Baronio (Pagio apud Baronio, anno 383, núm
5 y 6) con las siguientes palabras: Recte Martyrologium Romanum ad diem 21 OCtobris
Ita prius legebat: in Colonia Agripinensi Natale Sanctarum undecim millium Virginum,
quae pro virginitatis constantia, martyrio vitam consumaverunt: nunc habet:
apud Coloniam Agripinam Natalis Sanctarum Ursulae, et sociarum ejus, quae pro
christiane Religione et Virginitatis, constantia, ab hunnis iterfecae Martyrio
vitam consumaverunt, et plurima earum corpora Coloniae condita fuerunt: añade
Pagio: que en el reconocimiento del Breviario Romano, se omitió prudentemente
el número de tanta multitud de Vírgenes: In recognitione etiam Brevarii Romani tantae
Virginum multitudinis mentio prudenter omissa: de suerte, que hoy en día solo
venera la Iglesia a Santa Úrsula y sus compañeras Mártires, y en efecto así lo
enseña en Ia oración de la Misa de dichas Santas cuando dice: Danobis quaesumus
Domine Deus noster Sanctarum Virginum et Martyrum tuarum Úrsula, et soviarum
ejus palmas incessabili devotione venerari, etc; por lo que solo es cierto el
martirio de la Santa y sus compañeras; pero incierto el número de estas: puede verse
a Natal Alexandro (Natal Sec. 4, cap. Último art. 5).
Aunque
sea entre paréntesis, permítaseme la siguiente breve digresión: si alguno me
pregunta ¿de qué pudo originarse la Historia de las once mil Vírgenes? Respondo
lo primero; que dieron motivo las Historias infundadas y fabulosas que se han
escrito: alguna de ellas referiría con gusto, porque tuve un rato de diversión cuando
la leí ; tampoco son legítimas las Actas
que refiere Surio de un Autor Anónimo el día 21 de Octubre, según escribe el
expresado Pagio, ni algunas otras. En segundo lugar, los que dan a Santa Úrsula
once mil Vírgenes por compañeras, tengo leído que han padecido el engaño,
porque leyendo en algunos martirologios antiguos: S. Úrsula 11 M.V. en lugar de
leer, Santa Úrsula y once Mártires Vírgenes, han leído Santa Úrsula y once mil
Vírgenes, dando a la M que sigue al 11 el valor de mil, y siendo así, era
preciso reducir a once Vírgenes solamente las once mil. El doctor Padre Diego
Sirdmon, de la Extinguida Compañía, que fue Confesor de Luis XIll, y tuvo la
gloria de tener por uno de sus discípulos a San Francisco de Sales, sospecha
que en atención a que en algunos Martirologios manuscritos se leía: S. Úrsula,
et Undecimilla V. M. Es decir: Santa Úrsula y Undecimilla Vírgenes y Mártires, se
imaginaron que Undecimilla con la V y la M que se seguían, quería decir:
Undecim milia Virginum, Martirum: once mil Vírgenes y Mártires; y a esta cuenta
las once mil Vírgenes se deberían reducir a una sola llamada' Undecimilla.
Puede verse a Juan Bautista Thiers (Thiers, de Supers. Tom. 2. Lib. 4. Cap. 7).
Lo que tenemos de cierto es, según llevamos dicho, que hubo una Santa Úrsula, y
sus compañeras Mártires; pero nada hay de cierto sobre el número de estas.
Volviendo
a nuestro principal asunto, lo que hemos referido de la Historia de las once,
mil Vírgenes de las que antiguamente hacía mención el Martirologio Romano, los
Misales y Breviarios que después enmendó y corrigió la Iglesia, prueba
evidentemente lo que escribió el expresado Cardenal Vincencio María Ursino, es
a saber: que la Iglesia en diferentes ocasiones ha mudado y corregido los
puntos historiales que se refieren en el Breviario, y por consiguiente no nos
obliga la Iglesia á tenerlos a todos por ciertos.
Los
puntos historiales de que hablamos, son cuando se dice el lugar en que nació el
Santo; si hizo tal y tal
cosa; en dónde murió; dónde están sus reliquias y otras cosas semejantes. Para
canonizar a los Santos no atiende la Iglesia a estas menudencias: estas quedan
al examen y estudio de los eruditos, y no tienen más fe que la que merecen las
fuentes, esto es los Historiadores de dónde se sacaron. Esta doctrina es
corriente entre los Doctores, como el Cardenal Rocaberti, Inquisidor general
que fue de España, el Cardenal Turrecremata y Melchor Cano y otros muchos, de
suerte que no es argumento eficaz este: “Tal historia está en el Breviario
Romano”; luego es cierta: como ni tampoco es eficaz este argumento: “Tal reliquia
está en la Iglesia, luego es cierta." Porqué así la reliquia, como la
Historia puede ser incierta o apócrifa. El Cardenal Rocaberti niega la caída de
San Marcelino, cuya Historia niegan también otros muchos que la dan por
apócrifa, entre ellos, el Natal Alexandro, sin embargo, de que está en el
Breviario aprobado por la Iglesia, y de afirmarlo así el Sumo Pontífice Nicolao
primero en la carta que escribió á Miguel, Emperador de los Griegos, probando que
ninguno puede ser juzgado por otros que sean de inferior dignidad; porque á
todos estos argumentos responden, entre otras cosas, que la Iglesia solo pide que
a estos hechos demos aquella fe que merezcan las Historias, sin que se infiera
el que no pueda sostenerse probabiliter lo contrario.
En la
solemnidad de San Yanuario y compañeros Mártires, leemos la Homilía de San
Hilario sobre el capítulo XXV de San Mateo, y en ella se nombra a Nicolao, uno
de los siete Diáconos, como a Corifeo de los herejes Nicolaitas, y no obstante
esto, Eusebio, San Ignacio Antioqueno, Clemente Alexandrino, San Agustín, Baronio,
y otros lo niegan; y por esta duda, este solo de los siete Diáconos, no se puso
en el Martirologio, en el Catálogo de los Santos, como lo refiere el Padre
Comelio Alapide (Alapide in Ac. Cap.6. v. 5. Fol. Mihi 102). Lo mismo se dice
de la lepra del Emperador Constantino, y de su Bautismo por San Silvestre, sin
embargo que consta del Breviario Romano. Parece queda bastantemente probado hasta
aquí, que aun dado que la capa de San José esté en la Iglesia de Roma, o en
otra, por este solo capítulo, no se prueba que sea cierta, ni que estemos obligados
a tenerla por tal ni admitirla para principiar a darla culto, aun suponiendo
que en aquellas Iglesias se le dé, habiendo Historiadores y razones en
contrario, todo conforme a lo que dejamos escrito latamente en el artículo XVI,
fol 257, Ínterin no conste que está aprobada con arreglo a lo que mandan los
Concilios y Sagrados Cánones.